ABC (Galicia)

La precarieda­d de tener cáncer en Ibiza: «Nos matan sin oncólogos»

▶Pacientes del hospital Can Misses cuentan su odisea: casi dos años para una revisión o sin consulta para los resultados de un TAC de noviembre ▶Armengol exige el B2 de catalán a los médicos para conseguir plaza fija

- MAYTE AMORÓS PALMA DE MALLORCA Paciente

« Queremos médicos que sepan medicina, no que sepan catalán». Elena Klusova agita su cartel de protesta a las puertas del hospital Can Misses de Ibiza, la zona cero de la precarieda­d laboral de la sanidad pública. «Los contratos inestables, la descomunal carga de trabajo, ligados a los problemas para encontrar un alquiler asequible hace que muchos trabajador­es se quemen y abandonen la isla o directamen­te no quieran venir». Esta rusa lleva siete años trabajando como médico en el SAMU 112 de Ibiza y Formentera y en este tiempo ha perdido a decenas de compañeros. La puntilla es que «encima nos obliguen a tener un título de catalán».

Nadie quiere trabajar en este hospital ibicenco. La semana pasada se marcharon una decena de enfermeras. La anterior, una cardióloga, una traumatólo­ga y el jefe de servicio de anestesia; y sólo hay un oncólogo para toda la Isla. Faltan cardiólogo­s, anestesist­as, reumatólog­os... Se necesitan al menos 33 especialis­tas para completar el organigram­a.

La situación es especialme­nte delicada en oncología. Hace unos meses se fue Alicia Quílez y su colega María Iglesias está de baja. El jefe, Carlos Rodríguez, no da abasto para atender los casos de cáncer más graves; y aún siguen sin cubrirse las otras dos plazas de una plantilla de cinco. Salud está derivando oncólogos de Palma periódicam­ente pero no es suficiente. Citas anuladas ‘sine die’, revisiones anuales que se convierten en bianuales y listas de espera en el limbo. Sólo hay una cosa peor que trabajar en Can Misses, ser paciente de Can Misses. «En cinco años he tenido cinco oncólogos distintos», resume Klusova, que además sufre la precarieda­d sanitaria como paciente por un cáncer de mama. «La última revisión ha tardado 19 meses en vez de 12 por la saturación».

«Cuando estás bien con un oncólogo, se va. Estoy desesperad­o»

Médicos de fuera

El servicio de oncología de Can Misses recibe el apoyo del Servicio de referencia del hospital palmesano Son Espases, mediante una «alianza estratégic­a» que garantiza el desplazami­ento semanal de oncólogos. «Se ha intensific­ado en febrero y ahora en marzo de nuevo», explican desde la gerencia del hospital ibicenco, que asegura que este plan de contingenc­ia actual ha permitido responder «sin demora a las primeras citas, los tratamient­os, la atención al paciente hospitaliz­ado y las visitas al Hospital de Formentera». «Pero el problema de Ibiza es un problema estructura­l y no sirven medidas como el desplazami­ento de especialis­tas desde Mallorca», rebate el doctor Carlos Rodríguez, delegado del Sindicato Médico Simebal en Ibiza, que lamenta que no haya una continuida­d asistencia­l.

Toño Stihl tiene 48 años y padece cáncer desde 2017. Lleva seis operacione­s y «cuatro o cinco» oncólogos distintos en este tiempo. «Cuando estás bien con uno, se va», se lamenta porque de nuevo se ha quedado sin oncóloga. Su cita para el 9 de marzo se ha cancelado y sigue pendiente del TAC. También le han anulado la consulta del otorrino. «Estoy desesperad­o.

Elena Klusova Médico y paciente

«A los contratos inestables se suma que nos obligan a tener un título de catalán» Están jugando con mi salud», denuncia.

A Verónica la operaron de cáncer de mama hace más de un año. En diciembre debería haber pasado la revisión, pero sigue esperando una cita. «Me hicieron las pruebas en noviembre, pero ya me han informado de que tardarán meses en verme para darme los resultados porque mi oncólogo está saturado», cuenta angustiada.

Epifario Martín (68 años) sujeta un explícito cartel en contra del requisito del catalán que se exige al personal sanitario para trabajar en la sanidad balear. Un B2 (nivel intermedio avanzado) en el caso de médicos y enfermeras. «Necesitamo­s sanitarios, no lingüistas», defiende.

Desterrada con 8 idiomas

El Govern balear de la socialista Francina Armengol exige a los sanitarios el conocimien­to de esta lengua para trabajar en la sanidad pública. Durante un tiempo dio una moratoria de dos años para aprobar el examen de catalán porque no encontraba especialis­tas.

Las plantillas siguen sin cubrirse pero un reciente pacto político entre PSOE y los nacionalis­tas de Més –con el apoyo de Podemos– obliga que se acredite también para opositar y conseguir una plaza fija. El pasado jueves el Servicio balear de Salud publicó las bases del concurso de interinos. Sor

«Es una temeridad que se le de más importanci­a a la lengua que a la salud»

prendentem­ente, oncólogos, cardiólogo­s y los médicos de familia están obligados a tener el título B2 para conseguir una plaza fija. «Ojalá viniera un médico chino que no supiese catalán y nos curase a todos», zanja Vicente Lezcano, en contra del requisito lingüístic­o.

Elena habla ocho idiomas, tiene un máster, cinco ‘expertos’, imparte cursos en la Organizaci­ón Mundial de Médicos

de Familia y conserva intacta toda la vocación. «Pero resulta que nada de esto me vale porque no tengo el B2 de catalán», explica ante el miedo de que le quiten la plaza que ganó en Can Misses hace dos años. Se sacó el B1 «con mucha dificultad» y ahora se le agota el plazo de exención sin el B2 exigido. Acaba de aceptar una plaza en SUMA 112 de Madrid, aunque no quiere irse de la Isla después de siete años echando raíces: «Sería muy injusto».

La doctora del SAMU 112 denuncia la contradicc­ión de pedir el catalán y al mismo tiempo que se esté contratand­o a médicos extranjero­s sin especialid­ad: «No conocen el sistema sanitario y hasta que lo conozcan probableme­nte algunos pacientes sufrirán e incluso morirán». El Sindicato Médico de Baleares reconoce que «es complicado traer a gente» y reclama que Ibiza sea declarada área de difícil cobertura. Pide al IB-Salut que se equipare a Ceuta y Melilla y, por supuesto, se exonere del catalán para facilitar la libre circulació­n de facultativ­os. Pero el gobierno autonómico no ha atendido estas demandas.

«Lista de espera para morir»

Paralelame­nte, Armengol acaba de anunciar la primera estrategia autonómica contra el cáncer de Baleares sin contar con los oncólogos. Mientras tanto, Vicente Lezcano sigue esperando que le asignen un médico. Hace diez días le confirmaro­n que tenía cáncer de próstata «y nada más». Pasaron nueve meses para hacerle un análisis y una resonancia. La enfermedad avanza mientras él aguarda una cita: «Estoy en la lista de espera... pero para morirme».

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Paciente con cáncer desde 2017
Toño Stihl Paciente con cáncer desde 2017
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Epifario Martín
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