La memoria dogmática
La política española, no hay duda, está necesitada de rabos de pasas
La ley del pensamiento único, vulgo Ley de la Memoria Democrática, ampara la discrecionalidad de multar, expedientar y encarcelar (fusilar, de momento no: la denostada Constitución del 78 excluye la pena de muerte) a todo aquel que se atreva a cuestionar los principios consagrados en el dogma sanchista resumido en el siguiente enunciado: la historia de España que transcurre desde el 14 de abril de 1931 al 18 de julio de 1936 (quizá con la salvedad del llamado ‘bienio negro’) fue Jauja envuelta en merengue; la que se extiende desde el 1º de abril de 1939 al 20 de noviembre de 1975, un infierno con el Belcebú de El Pardo atizando las llamas.
El control sobre tal ley recae en el ministro Bolaños, sosias del ‘repelente niño Vicente’, aquel personaje que el inolvidable Azcona creó para ‘La Codorniz’. En cuanto le ponen delante una cuestión discutible, al hombre se le hace el bálano un lío y empieza a soltar disparates como quien se pea mor de una fabada. Si usted dice, por ejemplo, que la construcción de viviendas sociales la inició y ejecutó el ministro Arrese setenta años antes de la era de la Okupación, le pueden meter en la cárcel. Y de una multa no le libran ni los hermanos de la Paz y la Caridad.
Ahora en Galicia obligan a suprimir las placas de latón que identificaban a las ‘viviendas protegidas’ promovidas por sucesivos gobiernos franquistas. Las estoy viendo: ‘Instituto Nacional de la Vivienda. Edificio construido al amparo del Régimen de Viviendas de Protección Oficial’. Se hicieron por miles. Eran las famosas ‘casas baratas’ con las que se pretendía hacer realidad el compromiso franquista de ‘ni un español sin hogar’. Las de A Choupana en Santiago, las de Montirón en Lugo, las de Labañou en A Coruña, las de San Bárbara en Ourense... las de tantos pueblos de Galicia, en fin.
¿Qué respeto merece una ley que decreta nada menos que la reescritura de la Historia y pretende que lo que pasó no haya pasado? La política española, no hay ninguna duda, está necesitada de rabos de pasas y de una urgente asistencia psiquiátrica.