La caza como disciplina universitaria
Se requiere una formación integral que capacita a los titulados para acometer y resolver cualquier problema
La enseñanza tocante a la caza es desde hace bastante tiempo un objetivo a alcanzar por determinados centros universitarios españoles, en razón a que sus titulados tuviesen la capacidad para gestionar y proteger las poblaciones de fauna con especial énfasis en las de carácter cinegético.
Fue la Escuela de Ingenieros de Montes de Madrid, que en este 2023 celebra su 175 aniversario, la encargada de impartir dicha enseñanza con la asignatura de nombre Acuicultura, Caza y Pesca Fluvial en base a la promulgación del Real Decreto del 26 de diciembre de 1947 a propuesta del Ministerio de Educación Nacional. Antes de ello, la Ley de Caza de 1902 repartía las competencias entre los Gobiernos civiles de cada provincia (expedición de licencias y declaración de cotos y vedados de caza) y los juzgados (infracciones y sanciones), por lo que la labor gestora no estaba encomendada a los ingenieros de montes. Fue un hecho cuando, por Decreto de 21 de diciembre de 1951, se creaba el Servicio Nacional de Pesca Fluvial y Caza, organismo con notables competencias en materia de pesca heredadas del anterior Servicio de Pesca Fluvial (de hecho, en las aulas de la Escuela se impartía la asignatura Acuicultura desde el año 1921 debido al Real Decreto de 4 de marzo). En cuanto a la caza, el citado servicio se dedicaba fundamentalmente a proponer las bases legislativas encaminadas a la protección de algunas especies, como lo fueron la del oso en 1951, la del quebrantahuesos en 1958 y la de las aves acuáticas en las Tablas de Daimiel en 1959, así como a la creación de parques nacionales como el de Aigües Tortes y Lago de San Mauricio en 1955. Todo ello porque entendía que había que tomar medidas urgentes para proteger los núcleos residuales de la población de algunas especies actuando sobre el propio terreno para estabilizarlos y, en su caso, aprovecharlos mediante una caza racional.
Con el paso del tiempo, la asignatura original de Acuicultura, Caza y Pesca Fluvial pasó a tener otros nombres: el de Piscicultura y Caza en 1957; Acuicultura y Caza en 1966 y Caza, Pesca y Acuicultura en 2010. Pero se llamara como se llamase, su principal misión era, y es, la de formar a los alumnos en el arte de la caza y de la pesca partiendo o compartiendo en el tiempo enseñanzas de zoología, la ciencia que aborda el conocimiento del entorno, costumbres, estatus, morfología y relaciones inter e intraespecíficas de los animales cinegéticos y piscícolas; de botánica, la que estudia las plantas; de edafología, la que estudia los suelos; de hidrología, la que estudia las aguas; de pascicultura, la que estudia los pastos; y de algunas otras más relacionadas con el mundo forestal, como las vías de saca, ordenación de montes, topografía, patología, dasometría y aprovechamientos. Esto es, una formación integral que capacita a los titulados para acometer y resolver cualquier problema relacionado con la caza y pesca en general.
No cabe la menor duda de que hay centros universitarios que podrían impartir conocimientos específicos sobre estas materias, con lo que los titulados que las adquirieran serían competentes para opinar o participar en estudios relacionados con ellas. Ahora bien, las vigentes disposiciones reservan la atribución para redactar y firmar planes de gestión de caza y pesca a los que estén en posesión de los títulos de grado o máster que permitan ejercer las profesiones reguladas de ingeniero técnico forestal o de ingeniero de montes. Y, hoy por hoy, estos títulos se denominan Grado en Ingeniería Forestal, Grado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural y Máster Universitario en Ingeniería de Montes.
Otra cosa deseable sería la cooperación multidisciplinar en temas de investigación, nunca de gestión, en la que intervinieran graduados de distintas titulaciones, unos con atribuciones y otros sin ellas, estos últimos procedentes de centros universitarios creadores de cátedras de investigación o de estudios específicos, como lo pueden ser los conducentes al título de máster, o bien de organizaciones federadas.
No cabe la menor duda de que hay centros universitarios que podrían impartir estas materias