Descubren un chalet en Santiago donde se prostituía a mujeres
▶ Una de las víctimas es una persona con una discapacidad a la que obligaban a drogarse
La proliferación de viviendas particulares convertidas en lugares en los que bandas criminales prostituyen a mujeres a través de clientes que captan en Internet se asienta en Galicia. Después de varias operaciones el pasado mes en la provincia de Orense, le ha tocado el turno a la capital gallega. En un chalet ubicado en el extrarradio de la ciudad, un chivatazo puso a los agentes de la Policía Nacional en la pista de una banda criminal que explotaba sexualmente a las mujeres «que recibían un trato degradante y sufrían episodios violentos y agresiones físicas ocasionadas por los explotadores».
A raíz de las pesquisas iniciadas por la Unidad especializada contra la trata de seres humanos con base en La Coruña, en colaboración con el Grupo Operativo de Extranjeros de la comisaría compostelana, los agentes identificaron a los tres presuntos responsables de los abusos, dos hombres y una mujer que conformarían el grupo criminal. Los tres, aseguran fuentes de la investigación, tenían un claro reparto de las tareas en aras de lograr su objetivo final, que era la explotación sexual de sus víctimas. Además, señalan los efectivos participantes en la investigación, se los acusa de la comisión de otros delitos conexos relacionados con el suministro de estupefacientes y potenciadores sexuales a sus clientes.
Los investigadores también pudieron determinar que en el interior del chalet estaba siendo explotada una mujer que padecía un alto grado de discapacidad y carente de recursos. Esta circunstancia era aprovechada por los investigados «para condicionarla y determinarla a realizar cualquier tipo de servicio, así como a instarla al consumo de drogas». Cualquier otra diligencia de investigación que no fuese la liberación de la víctima, explicaron fuentes del caso, podía esperar, por lo que los hechos se pusieron en conocimiento de la Autoridad Judicial, que ordenó a los investigadores acceder al interior del inmueble con este objetivo.
Dos policías se hicieron cargo desde el primer momento de la víctima, articulándose los protocolos de acompañamiento y atención hasta su derivación al centro especializado, gestionado por una organización con experiencia acreditada en la asistencia a víctimas incardinada en la Rede Galega contra la Trata. Además, la actividad policial continúa manteniendo contactos con la víctima bajo la supervisión y en coordinación con el equipo asistencial, víctima que permanecerá en una localización segura, alejada de sus explotadores. La denominada «Operación Abadía» continúa abierta.
Los investigadores accedieron a la vivienda dando prioridad a la liberación de una de las víctimas de la organización