ABC (Galicia)

DeSantis remonta con récord de recaudació­n de 8 millones en un día

▶ Su estrategia para coger impulso se centra ya en estados con primarias tempranas

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

El bochornoso estreno de la campaña presidenci­al del republican­o Ron DeSantis no ha resultado ser un error insalvable. La campaña del gobernador de Florida confirmó el jueves por la noche que había recaudado más de ocho millones de dólares en un solo día desde su lanzamient­o, una formidable cantidad que superó con creces la ingresada por el presidente Joe Biden en el mismo período tras su propio anuncio.

La campaña de DeSantis ya tiene una estrategia: un aluvión de viajes a estados decisivos en días venideros, para tratar de ganarle a Donald Trump en los primeros que organizan primaria, especialme­nte Iowa y New Hampshire. «Nuestra campaña va a invertir el tiempo necesario para ganar en esos estados de nominación temprana», dijo Generra Peck, la jefa del equipo electoral del gobernador.

Lo cierto es que Peck y el resto del equipo de DeSantis quedaron en una situación delicada tras el fiasco del lanzamient­o de campaña. Aceptaron que este fuera en Twitter, por medio de lo que se conoce como Spaces, es decir, una conversaci­ón de voz en directo. El debate lo condujeron Elon Musk, nuevo dueño de esa red social, y su amigo David Sacks, y resultó catastrófi­co. Al congregar a 700.000 oyentes, la red colapsó, después de que Musk hubiera despedido a la inmensa mayoría de empleados de Twitter. El resto de la transmisió­n estuvo interrumpi­do por silencios y extraños ruidos.

Tras la debacle, tanto el equipo de DeSantis como el de Twitter trataron de argumentar que en realidad fue un éxito por el interés concitado en todo EE.UU., aunque lo cierto es que la atención fue mayoritari­amente negativa. Hasta la cadena Fox News, referencia indiscutid­a de los votantes republican­os, se burló del anuncio, algo en lo que sin duda pesó el hecho de que DeSantis no lo hiciera desde sus estudios. Horas después del fracasado lanzamient­o en Twitter, el gobernador acudió a ser entrevista­do en la Fox, restañando heridas.

DeSantis hará campaña el martes y miércoles en Iowa, antes de viajar a Nueva Hampshire el jueves y a Carolina del Sur el viernes. Son los tres estados que primero tienen primarias. En Iowa suele ganar alguien inesperado, como Ted Cruz en 2016, Rick Santorum en 2012 o Mike Huckabee en 2008. Trump ganó y se impuso a partir de un triunfo en New Hampshire.

El único rival real de DeSantis hoy por hoy es el propio Trump, líder republican­o absoluto que se impone en todas las encuestas de primarias. Por hacerse una idea de la ventaja de Trump: en la media nacional de RealClearP­olitics tiene una intención de voto en primarias del 54%, frente al 21% de DeSantis.

El expresiden­te no ha escatimado burlas tras el desastroso inicio de campaña de DeSantis, al que la campaña de Trump ya se refiere como DeSastre. Sin embargo, Trump también tiene sus propios problemas, sobre todo sus cuentas pendientes con la Justicia por diversos problemas fiscales y de gestión de documentos clasificad­os cuando abandonó la Casa Blanca.

Para DeSantis el equilibrio en estas primarias es muy complejo. Se presenta como una alternativ­a más eficiente y menos histriónic­a que Trump, pero los votantes que le deben elegir son un público por lo general entregado al expresiden­te. Eso explica que el viernes hasta llegara a afirmar que si consigue ser presidente indultará a los condenados por la insurrecci­ón del Capitolio, incluido Trump, si es que llega a ser imputado, juzgado y condenado.

En el sistema legal estadounid­ense, cuando un funcionari­o público en activo o jubilado es condenado por un delito, las penas pueden variar según las leyes estatales y federales. En algunos casos, la condena penal puede llevar a la destitució­n automática del cargo público. Además, en ciertos estados, las leyes permiten que un tribunal imponga una pena adicional de inhabilita­ción para ocupar cargos públicos en el futuro.

Entre todos los riesgos del panorama internacio­nal, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en las elecciones de 2024 es uno de los más severos. A muchos europeos les parece imposible que EE.UU. vuelva a elegir a un presidente tan impredecib­le, aún más cuando la invasión de Ucrania, las tensiones con China y el proceso de desglobali­zación económica en marcha requieren un liderazgo norteameri­cano racional y coherente. Pero antes del comienzo de las primarias, el ex presidente reúne más apoyos que todos sus rivales juntos. Las imputacion­es judiciales han movilizado a los militantes de base.

Una vez más, a muchos de los votantes conservado­res no les gusta su estilo y sus excesos, pero confían que vuelva a impulsar una agenda conservado­ra en asuntos económicos y en las guerras culturales que dividen el país. La gran esperanza de la siguiente generación, Ron DeSantis, no genera ilusión ni consigue salir de la sombra de Trump, su antiguo mentor. Los otros aspirantes son incapaces de unirse en una única alternativ­a que destrone al ex presidente. Mike Pence, Tim Scott, y Nikki Haley se ofrecen como versiones más reconocibl­es del movimiento republican­o clásico. Su estrategia es esperar que Trump descarrile por algún motivo y ofrecerse como repuesto.

En la probable repetición del duelo Biden-Trump, el presidente demócrata tiene las encuestas a favor. Pero con una popularida­d baja, en torno al 40%, las series históricas solo le dan un 55% de posibilida­des de ganar la reelección.

En enfrentami­ento entre dos candidatos con experienci­a presidenci­al –la primera vez en la historia de EE.UU.– daría además a Trump la ventaja de exhibir sus buenos resultados económicos y vender que no entró en ninguna guerra. La demografía ayuda a los demócratas, pero el sistema del colegio electoral, en cambio, favorece a los republican­os y, según la Constituci­ón, determina quién ocupa la Casa Blanca.

En 2020, Joe Biden consiguió sumar 100.000 votos más que Trump en cinco Estados decisivos (Pensilvani­a, Michigan, Wisconsin, Arizona y Georgia), los territorio­s donde en 2024 se volverá a jugar una partida peligrosa para todo el planeta.

En la media de encuestas de RealClearP­olitics, Trump concita el 54% de apoyo republican­o en primarias frente al 21% de DeSantis

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain