«Sabía que había una familia atrapada, pero no pudo salvarla»
▶Seis bomberos estuvieron a punto de morir e incluso llegaron a despedirse de sus compañeros por la emisora Un rescate «in extremis»
Fueron a una intervención rutinaria, como tantas otras a lo largo de su vida profesional, y lo que se encontraron fue un infierno. La primera dotación que acudió al edificio siniestrado del barrio de Campanal, en Valencia, llegó cuando el fuego había roto por fachada, pero aún estaba muy localizado en un piso de la séptima planta. Sin embargo, en muy pocos minutos pidieron refuerzos porque veían cómo las llamas se propagaban a una velocidad de vértigo.
En esa primera fase de la intervención, los especialistas del servicio de extinción de incendios tenían dos prioridades: el ataque al fuego desde el interior, mucho más eficaz que el que se hace desde fuera, y evacuar el inmueble lo más rápidamente posible, algo en lo que encontraron un colaborador excepcional: Julián, el conserje del inmueble. Fueron los momentos clave de la intervención y también los más
Edificio incendiado
Rafael Albertí, 2
porque se dieron cuenta muy rápido de que el incendio estaba ya fuera de control y que era imposible atajarlo.
Las dotaciones de bomberos llegaron hasta la octava planta y lo consiguieron sólo por su empeño en seguir rescatando a personas más allá de lo aconsejable para su seguridad. Prueba de ello es el episodio vivido por varios de estos profesionales que quedaron atrapados por el fuego en una planta, mientras las inmediatamente superior e inferior estaban completamente
Revestimiento d fachada vertica
Inicio en llamas. Fue tal la angustia que vivieron que llegaron a despedirse de sus compañeros por la emisora, según explicó un familiar de uno de ellos. Sólo vieron una opción: romper la puerta de uno de los pisos y descolgarse desde él. Uno de ellos se lanzó sobre la colchoneta desplegada en la acera por sus compañeros.
Planta residencial tip
La actuación de estos y el resto de bomberos fue heroica, solo explicable porque sabían que en el momento en que salieran del edificio los atrapados, salvo milagro como el de la pareja que aguantó más de dos horas a ser rescatada en la terraza de su apartamento, estaban condenados a morir.
Uno de los bomberos, según testipeligrosos,
Inicio
monios a los que ha tenido acceso ABC, se empeñó en acceder hasta tres veces a la octava planta cuando sabía que ya estaba todo perdido. Era muy consciente de que había una familia, formada por los padres, un crío de dos años y un recién nacido, metida en un baño esperando a ser salvados. Así se lo habían transmitido sus compañeros por la emisora, que lo sabían porque los atrapados habían llamado al 112 para explicar su agónica situación.
El bombero apenas podía ver por la densidad del humo y se quemaba a pesar de llevar un traje especial capaz de soportar altas temperaturas. De cada puerta salían llamaradas y el pasillo de la planta, estrecho, tampoco ayudaba.
Números derretidos
A pesar de todo, continuó intentándolo a la desesperada, plenamente consciente de que también él podía quedarse atrapado allí para siempre. Pero quería intentarlo otra vez. Sabía cual era el número del apartamento en el que estaban, pero no consiguió localizarlo