Detienen a un joven en Burgos acusado de matar a otro por «ser de Valladolid»
▶ La víctima, que recibió un fuerte puñetazo, estaba celebrando una despedida de soltero
El suceso sacudió ayer especialmente a Burgos y a Valladolid y demostró con toda su crudeza lo ridículo de alimentar rivalidades entre las dos ciudades. Ocurrió en la madrugada del sábado cuando el vallisoletano Sergio Delgado, de 32 años, murió en una de las zonas de ocio nocturno, conocida como La Flora, de la capital del Cid, donde se encontraba celebrando una despedida de soltero. Lo que en principio se interpretó como un accidente o muerte natural, ya que la víctima se precipitó contra el suelo, dio un giro completo cuando a primera hora de la mañana de ayer la Policía Nacional detuvo a un joven de 23 años, vecino de Burgos, como presunto autor material de la muerte.
El posible móvil aportó aún más dramatismo a la tragedia porque, según informo la Delegación del Gobierno en Castilla y León, parece que «la condición de vecino de Valladolid de la víctima pudo ser el desencadenante». Las mismas fuentes indicaron que pese a que en un primer momento los testimonios recabados en la actuación policial no indicaban que el joven fallecido hubiera sufrido una posible agresión, el análisis forense y las gestiones practicadas por la Brigada Provincial de Policía Judicial establecieron la posibilidad de que, en la secuencia de hechos podrían haber intervenido terceras personas. Tras conseguir identificar a varios de los jóvenes que estaban en la zona en el momento de la muerte, se pudo determinar que la víctima «había sufrido un ataque inesperado con un fortísimo puñetazo que provocó su fallecimiento de forma prácticamente instantánea». Una vez establecido el carácter doloso de la muerte, la Policía Nacional identificó y detuvo a un joven de 23 años, vecino de Burgos, como autor de la agresión.
Difícil identificación
Fuentes de la investigación destacaron lo complejo que resultó el caso ante la falta inicial de testimonios, lo que hacía presumir una muerte no violenta, y la dificultad de identificar a los jóvenes implicados y de que estos recordasen con claridad los hechos, dada la hora en la que ocurrieron y el nivel de intoxicación etílica de muchos de ellos.
El suceso ha causado una profunda consternación en Burgos y Valladolid hasta el punto de que sus alcaldes, Cristina Ayala y Jesús Julio Carnero (ambos del PP), respectivamente, emitieron a primera hora de la tarde un comunicado conjunto en el que mostraron su «rotunda condena a cualquier acto de violencia, especialmente entre los más jóvenes» y consideraron «inadmisible la utilización de la violencia en cualquier lugar y situación». «Valladolid y Burgos abogan por la convivencia pacífica y por el respeto a las normas básicas de buena vecindad», añadieron, al tiempo que pusieron de manifiesto «el respeto absoluto, así como la buena sintonía que existe entre dos ciudades hermanas».
Ayala llegó, incluso, a calificar la muerte de Sergio Delgado como un «delito de odio», por lo que espera que «caiga todo el peso de la justicia sobre el agresor y también sobre las conciencias de los que alimentan este odio». «No puede ser que un chaval venga a aquí a celebrar una despedida y encuentre la muerte porque alguien le agrede por su origen. No puede ser», lamentó la alcaldesa de Burgos.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se sumó al comunicado de los alcaldes y expresó a través de X su condena «a todo tipo de violencia» y su deseó de que «se esclarezcan los hechos».
Los alcaldes de las dos ciudades abogan «por la convivencia pacífica y por el respeto a las normas básicas de buena vecindad»