El acusado de matar a Jéssica Méndez no se inmutó: «Se quedó allí, mirando con frialdad»
▶ El fiscal del caso estudia denunciar a la madre del acusado por falso testimonio
A medida que van desfilando los testigos por la sala de vistas, se van conociendo más detalles de la mañana que José Eirín estampó su coche contra el de Jéssica Méndez, parada en un stop en ese momento, y que acabó muriendo a causa de las heridas. Ayer le tocó el turno a los primeros testigos que auxiliaron a la joven de Barro a los pocos minutos de producirse el siniestro. La pareja, que se detuvo al observar la colisión, destacó la «frialdad» con la que Eirín reaccionó ante la gravedad de lo ocurrido, diciendo en todo momento que «se encontraba bien» y no facilitando información alguna sobre la víctima. «Nosotros estábamos desesperados buscando en su documentación para avisar a su familia, pero él ni siquiera nos dijo que la conocía», explicó una de las testigos llamadas a declarar. La pasividad del acusado de matar a Jéssica después de presuntos años de acoso y hostigamiento llamó la atención de las personas que los socorrieron, que ante el tribunal ciudadano indicaron que «me sorprendió que no estaba nervioso, se quedó allí, observando, con frialdad».
Además de la supuesta falta de empatía de Eirín —que siguió con la mirada a Jéssica en todo momento hasta que ésta fue introducida en la ambulancia en estado ya muy grave—, la jornada de este miércoles puso de relieve el encontronazo en el mismo lugar del choque entre la familia de la víctima y la del presunto agresor. Los mismos testigos relataron cómo el hermano de la joven se dirigió a Eirín nada más ver lo sucedido a reprocharle «qué le había hecho a su hermana». «Fue ahí cuando nos dimos cuenta de que la conocía», explicó la pareja. También se personó allí la madre de Eirín, que ante la desesperación del hermano de Jéssica le soltó un «no te pongas así, que mañana tu hermana está bailando sobre una pierna».
El testimonio de la madre del acusado, precisamente, generó una queja por parte de la Fiscalía, que pidió al magistrado presidente de la sala que se dedujese su declaración por un posible delito de falso testimonio. La petición fue denegada, pero el representante del Ministerio Fiscal confirmó, a la salida de la sesión matinal de la vista, que estudiará la posibilidad de presentar una denuncia o una querella por esa supuesta mentira de la testigo. Sus quejas se basan en que ésta manifestó, en contra del resto de declarantes, que no se produjo ningún incidente ni hubo motivo concreto por el que la relación entre su familia y la familia de Jéssica se hubiera enfriado. Al respecto, defendió que nunca nadie del entorno de la chica les dio noticias de que su hijo estuviese vigilando los movimientos de la fallecida. Sobre el día concreto de los hechos, la madre dijo que ella y su hija habían sido «las primeras» en llegar, lo que contradice lo relatado por otros testigos. Tampoco aceptó la acusación del hermano de la víctima, con el que negó reiteradamente haber mantenido ningún tipo de conversación.
«Había tensión»
Otra testigo que compareció ayer ante la Audiencia de Pontevedra coincidió con la primera pareja en auxiliar a Jéssica, y ratificó que Eirín estaba «tranquilo» y que no explicó las circunstancias del accidente, limitándose a decir que había sido «muy rápido» y «dejando caer que había sido la chica la que se le había echado encima». «Me llamó la atención que en ningún momento dijo que conocía a la chica, y nosotros estábamos desesperados por saber quién era y poder avisar a su familia», manifestó dando veracidad a las palabras de los testigos anteriores. Además, dos enfermeras y una técnico de emergencias sanitarias reconocieron que, mientras estaban atendiendo a la joven, percibieron un ambiente de «tensión» y una «discusión», aunque no supieron precisar quiénes la protagonizaron ni sobre qué era la disputa.