Quinielas y lógicas para el nuevo gobierno gallego
El propio presidente ha reconocido que habrá cambios, pero descarta una revolución
Una costumbre que Alfonso Rueda ha heredado de su antecesor en el cargo es el mutismo a la hora de realizar cambios en su equipo. Se sabe que a partir de este fin de semana habrá nuevos conselleiros –al menos uno, para cubrir la vacante que deja Ethel Vázquez en Infraestructuras, pero serán más–, si bien su identidad es tan secreta como la fórmula de la CocaCola. Así que todo lo más que los opinadores podemos hacer son ejercicios de equilibrismo sobre la cuerda floja de las quinielas e intentar afilar algunas lógicas que podrían explicar ese o aquel nombramiento, llegado el caso.
Por lo pronto se sabe que el segundo gobierno de Rueda no va a representar una revolución radical respecto a lo conocido hasta ahora. Se presumen cambios, sin que eso implique darle la vuelta al gabinete como un calcetín. Él mismo lo ha confirmado en los últimos días, del mismo modo que ha reconocido que habrá una apuesta por perfiles más políticos al frente de los departamentos. Algo de eso ya contamos por estas páginas hace varias semanas, aunque ahora habrá que ver si los perfiles tienen continuidad en las políticas, y no es un mero cambio de cromos.
Habría que empezar por los conselleiros que, previsiblemente, se intuye que pueden continuar en el cargo. Los dos vicepresidentes, Diego Calvo y Ángeles Vázquez, tienen muchas papeletas. El primero, porque su provincia tuvo un excelente comportamiento el 18F y es un político de largo recorrido; la segunda, porque dio la cara en la crisis de los pélets cuando la comunicación institucional era más necesaria. Lo lógico es que Calvo mantuviera sus áreas. Distinta es la situación con Vázquez, ya que Vivienda es una de sus competencias y apunta a que puede ser desgajada para conformar una Consellería por sí sola.
Otros dos perfiles con muchas probabilidades de seguir son Miguel Corgos y Román Rodríguez. El titular de Facenda es eficiente en su labor de custodio de las cuentas autonómicas, un hombre evidentemente técnico. Rodríguez, uno de los veteranos del gabinete, tiene en su haber la capacidad de gestionar dos áreas con inclinación por la beligerancia, como son la Educación y la Cultura. Y sin embargo, esta última legislatura no han generado conflictos. Esta pasada semana presentó además la candidatura de la Ribeira Sacra a Patrimonio de la Humanidad, y sería llamativo que el encargado del proyecto se apeara a mitad de camino.