Aulas saturadas y docentes mal pagados lastran la educación catalana
▶Los profesores culpan a la Generalitat de paralizar inversiones necesarias por su «obsesión» por el catalán
¿Qué le ocurre a la educación catalana?, ¿por qué registra los peores resultados en los análisis europeos?, ¿qué condiciones intrínsecas la distancian del resto de comunidades autónomas en las evaluaciones internacionales? Fuentes del sector educativo consultadas por ABC coinciden en que la causa de sus males no es única y que son varios los factores que confluyen generando «una tormenta perfecta» con consecuencias «preocupantes» para el alumnado. El grupo de 18 expertos designado por la Generalitat para cocinar la receta que permita a Cataluña recuperar el pulso educativo tras el descalabro de PISA apunta en dos direcciones: más profesorado y mejor atención al alumnado con necesidades educativas.
Sindicatos, padres y formaciones políticas añaden, además, otros aspectos que deberían optimizarse para reconducir la situación: reducir las ratios; recuperar la sexta hora de enseñanza que la escuela pública perdió en 2011 pero que se mantiene en los centros concertados; aumentar las plantillas de profesores que atienden a los alumnos con necesidades educativas; mejorar la atención a los estudiantes recién llegados e igualar los salarios y las condiciones laborales de los docentes catalanes a los de otras comunidades.
Asociaciones de profesores consultadas por este diario apuntan, además, «otro factor de peso» que ha empujado en estos últimos años a la educación catalana hacia el precipicio: «La obsesión del Govern por relanzar el catalán dentro y fuera de las aulas», lo que ha hecho, según denuncia Carlos Silva, presidente de la asociación Docentes Libres, que «durante años no se prioricen cuestiones importantes que impactan directamente en los resultados educativos». «El problema educativo en Cataluña
La escuela Pere Vila de Barcelona, centro calificado de máxima complejidad por el elevado número de alumnos con necesidades educativas especiales, mantuvo la sexta hora hasta la pandemia. Era de los pocos centros que por la naturaleza de su alumnado mantenía el refuerzo. Desde que la perdió «hemos ido a peor», asegura en declaraciones a ABC Lali Sanz,
es de extrema complejidad. El propio sistema es de baja calidad, de tipo asistencial, que da prioridad a los principios ideológicos y los discursos políticos y renuncia a los principios de excelencia, de conocimiento y de mejora para volcarse en exclusiva en la atención de todo tipo de singularidades, carencias y patologías», dice Silva.
Déficit de profesorado
Según datos del Ministerio de Educación, Cataluña es una de las comunidades autónomas en las que las ratios en la etapa de Educación Primaria son más elevadas (22,3 alumnos por aula), solo superada por Melilla (25,1), Madrid (23,2), y Ceuta (22,6). En una cosa coinciden la mayoría de los expertos y es que Cataluña no ha resuelto bien la integración de los estudiantes inmigrantes (muchos de ellos de origen una de las madres del centro. «La sexta hora mejora la conciliación de las familias, sobre todo de las monomarentales. Y promueve la equidad entre familias, porque muchos niños no pueden acceder a las extraescolares». «Con la sexta hora teníamos siete profesores más en el centro y más recursos. Ahora que nos la han quitado el centro se resiente», dice Sanz.