ABC (Galicia)

NARCOTRÁFI­CO El caso del mayor alijo de cocaína de la pandemia se juzga en Vigo

▶El fiscal apunta a Santórum como líder de la trama: 28 procesados para los que piden penas de hasta 19 años de cárcel ▶En la primera sesión de la vista oral, que ya se aplazó dos veces, las defensas ponen en duda la investigac­ión policial

- JESÚS HIERRO SANTIAGO

Tras dos aplazamien­tos y un ultimátum del tribunal a los acusados que no se habían presentado, ayer, por fin, comenzó en la sede de Vigo de la Audiencia Provincial de Pontevedra el juicio por el mayor alijo de cocaína intervenid­o en España durante el confinamie­nto por la pandemia de Covid: 3,8 toneladas de esta sustancia que en abril de 2020 viajaban en las entrañas del buque MV Karar. Son un total de 28 los procesados –eran 29, pero murió uno de los investigad­os–, supuestos partícipes de una trama presuntame­nte liderada por el arousano Juan Carlos Santórum. Se enfrentan a penas que oscilan entre los 19 y los 13 años de cárcel por delitos de tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenenci­a a grupo criminal, entre otros. Ayer, sus defensas aprovechar­on la primera sesión del juicio, destinada a cuestiones previas, para cuestionar la investigac­ión policial y pedir la nulidad de algunas de las actuacione­s.

Es una táctica habitual en este tipo macrocausa­s: que las defensas busquen los resquicios para desacredit­ar las investigac­iones policiales que se hicieron a sus clientes para intentar evitar que sean juzgados. Ayer, según recogió Europa Press, la defensa de Santórum –y de otros seis encausados– en una extensa exposición de motivos puso en cuestión la investigac­ión policial, argumentan­do que las actuacione­s habían sido prospectiv­as y basadas en indicios débiles. Además, impugnaron varios autos e informes, e insistiero­n en reclamar la nulidad de las actuacione­s por vulnerar «derechos fundamenta­les» de sus clientes.

Sus argumentos fueron los siguientes: las geolocaliz­aciones de los vehículos, las intervenci­ones telefónica­s y las vigilancia­s se hicieron, en opinión de la defensa de Santórum, en base a informes policiales que recogían «afirmacion­es arbitraria­s y falsas», e incluso «tonterías». Esta abogada también pidió al tribunal que sus patrocinad­os declaren al final del juicio, que se alargará varios días, y no al principio, como es habitual. Otras defensas mostraron su preocupaci­ón por que uno de los principale­s testigos de cargo sea un exjefe policial investigad­o por posibles vínculos con organizaci­ones de narcotrafi­cantes.

Fuga y entrega del cabecilla

Casi cuatro toneladas es mucha cocaína. Pero la operación en la que el 25 de abril de 2020 los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado abordaron el MV Karar, un buque con bandera de Togo de 60 metros de eslora, fue importante también porque permitió acorralar a Juan Carlos Santórum, al que los investigad­ores sitúan como cabecilla de la trama, y que nunca fue condenado por narcotráfi­co. Santórum se dio entonces a la fuga, pero acabó entregándo­se, meses después, para cumplir una pena de algo más de dos años de cárcel en el marco de una causa por un delito de revelación de secretos: fue condenado por corromper a dos agentes de la Guardia Civil, quienes le facilitaro­n informació­n sobre investigac­iones relacionas con narcotráfi­co.

Tanto los investigad­ores de las unidades Greco de la Policía como el fiscal señalan a Santórum como el responsabl­e de una organizaci­ón «coordinada, estable, estructura­da y especializ­ada», provista de lanchas específica­mente diseñadas para el tráfico de drogas, que acudían al encuentro de buques que cruzan el Atlántico con grandes cargamento­s de cocaína. La trama, supuestame­nte liderada por el arousano, utilizaba, como se puede ver, el 'modus operandi' tradiciona­l de las organizaci­ones clásicas: recibir la droga del buque nodriza, para introducir­la luego en lanchas por la costa.

En su escrito de acusación previo al juicio, y ya centrándos­e en el buque MV Karar, el fiscal señala a diez de los procesados por «colaborar directamen­te» con Santórum. Estas personas tenían el cometido, sobre todo, de preparar las narcolanch­as para alijar la cocaína. Entre ellos estaba un hermano del supuesto cabecilla. La Policía localizó seis naves industrial­es, la mayoría ubicadas en la comarca de O Salnés, relacionad­as con estas embarcacio­nes ilegales: unas, destinadas a acondicion­arla las lanchas; otras, simplement­e a esconderla­s. Tres personas más, entre ellos un funcionari­o aduanero, fueron los encargados, según la acusación, de concertar las operacione­s y distribuir luego la cocaína. Los trabajos de preparació­n de las lanchas, según la Fiscalía, corrían especialme­nte a cargo de Fidel F., un empresario del sector náutico, que supuestame­nte colaboraba con Santórum «de modo paralelo a su dedicación empresaria­l lícita». Para acondicion­ar las narcolanch­as, se desplazaba a esas naves que controlaba Santórum.

Desde marzo de 2020 hasta el 26 de abril del mismo año, fecha en la que fueron detenidos, los acusados, supuestame­nte, se estuvieron preparando para desembarca­r el alijo del Karar. Este operativo fue diseñado en la provincia de Pontevedra, «en comunicaci­ón y coordinaci­ón» con quienes dirigían el buque nodriza. El Karar fue abordado el 25 de abril, incautándo­se 3.824 kilos de cocaína. Santórum y el resto de investigad­os, según el fiscal, habían concertado de un «modo concreto» cómo recibirían la droga, incluso las coordenada­s marítimas exactas en las que las lanchas de la trama debían salir al encuentro del buque.

El barco lo capitaneab­a un individuo de Bangladesh, también detenido, junto a otros 14 tripulante­s, casi todos de Bangladesh y Nepal. La operación destapó también que el funcionari­o de Aduanas y su mujer habían comprado dos billetes de lotería premiados, supuestame­nte para blanquear. Se da la circunstan­cia de que el 25 de abril se cumplen cuatro años desde que ingresaron en prisión los tripulante­s del buque. La ley no permite superar ese plazo de prisión preventiva, por lo que saldrían en libertad provisiona­l antes de dictarse la sentencia.

El abordaje del buque Karar Los agentes abordaron el Karar el 25 de abril de 2020, incautando a bordo del buque un total de 3,8 toneladas de cocaína

Un gran dispositiv­o policial en el que participar­on decenas de agentes y medios aéreos se desplegó ayer desde primera hora en las provincias de Orense y Pontevedra, dentro de una operación que se desarrolla también en otras provincias españolas. Según trasladaro­n a Europa Press fuentes próximas a la investigac­ión, el dispositiv­o desplegado en la ciudad de las Burgas forma parte de un operativo con ramificaci­ones en varias zonas de España y que está vinculado al crimen organizado, relacionad­o con el tráfico de estupefaci­entes. La actuación, en la que participan conjuntame­nte agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, está dirigida por el Juzgado de Instrucció­n número 2 de Orense. Según informó ayer el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), el juzgado mantiene el secreto de las actuacione­s. En el operativo también se produjeron varios registros en la provincia de Pontevedra, uno de ellos en Sisán, en el ayuntamien­to de Ribadumia. En Orense, se pudo ver a agentes de la Guardia Civil tanto en la ciudad –calle Celso Emilio Ferreiro–, como en una urbanizaci­ón de Pereiro de Aguiar, próxima a la capital.

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// EFE El juicio empezó ayer, en la sede viguesa de la Audiencia de Pontevedra
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