Polivalencia del Skoda Yeti

Es el primer SUV de la marca checa, con buen rendimiento en carretera y rutas campestres

La llegada del Skoda Yeti al mercado supuso la entrada de la marca checa en el segmento de los SUV compactos. Se trata de un modelo de 4,20 metros de longitud, pero con un gran espacio interior gracias a su batalla y al sistema Varioflex de los asientos posteriores que permite configurar del vehículo a las necesidades del usuario.

El Yeti es un buen compañero para cualquier tipo de actividad ya sea en el asfalto de la ciudad como en la pistas de montaña. Por sus características, variedad de motorizaciones de última generación, tracciones y cajas de cambio, este modelo se adapta a la conducción en todo tipo de terreno. Es tan efectivo en los trayectos urbanos por la ciudad, como en los viajes de mayor recorrido sin comprometer el confort. Además, el Yeti se amolda también al tránsito por caminos forestales y en general a la conducción off-road, y lo hace con la misma efectividad que se desenvuelve sobre el asfalto gracias a su robustez y a la altura respecto al suelo de 180 mm.

Otra interesante característica que ofrece el Yeti es la de una capacidad de carga superior a la de la algunos de los modelos de su segmento. Los motores de gasolina tienen en el TSI 1.2 de 105 CV (77 kW) su versión de entrada, con de cambio manual o DSG. También hay un 1.4 litros y 122 CV y un TSI 1.8 de 160 CV. Y en diésel el 1.6 de 105 CV y sigue con el 2.0 con distintas versiones de potencia que van de los 110 a los 170 CV, pasando por los 140 caballos.