Pasión por conducir
El 4C ha sido designado en Francia el coche más bonito de 2013, pero es mucho más por su alto rendimiento y sensaciones de conducción
Alfa Romeo tiene un plan para relanzar su marca y demostrar al mundo que su espíritu se mantiene vivo. Y no parece nada fuera de lugar que lo haga poniendo en el mercado un coche en el que su principal argumento sea la conducción en estado puro. Se trata del Alfa 4C, cuya única disculpa para adquirirlo, si dispones de 50.000 euros, es que sientas una verdadera pasión por conducir. Por supuesto este nunca será tu único coche en el garaje a no ser que cuando necesites viajar con equipaje para más de dos días.
La verdad es que el 4C rebosa pasión por todos los lados, desde su imagen, que para ser el icono de la nueva Alfa no ha sido encargado a ningún acreditado diseñador de renombre, ya que ha sido desarrollado íntegramente por el Centro Stile Alfa Romeo y todas sus soluciones se han tomado con el único objetivo de obtener las mejores prestaciones y proporcionar el mayor placer de conducir. El 4C alcanza una velocidad máxima de 258 km/h y tiene una aceleración de 4,5 segundos de 0 a 100 km/h, importante pero que no indican su realidad si no decimos que este coche con tan solo 940 kilos con todos los depósitos a tope, lleva un motor 4 cilindros de tan sólo 1,7 litros de capacidad y 240 caballos, lo que arroja una relación de 3,83 kilos por caballo. Además, estamos ante un coche «todo atrás», es decir el motor y caja de cambio situados a pocos centímetros de la espalda del conductor, con la propulsión. Si a esto añadimos unas suspensiones propias de un coche de competición tenemos un mejor encuadre para valorar de otro modo las prestaciones y que su conducción ofrece unas satisfacciones al menos distintas de otros deportivos mucho más potentes y más caros.
Lo normal es que quien siente la pasión por la conducción también la sienta por la tecnología y en este apartado he de reconocer que hace tiempo que no prestaba tanta atención a la explicación sobre los pormenores técnicos de un coche, que en la sede de Fiat Auto nos ofrecía el responsable técnico de Alfa, Javier Abajo, a media docena de periodistas, de lo que esta información solo podré plasmar un pequeño resumen.
Bastidor y motor
Dos son los pilares sobre los que se basan las cualidades del 4C, su carrocería ligera y resistente y las prestaciones del motor.
La carrocería está basada en un bastidor de fibra de carbono, como los Fórmula 1, que tan solo pesa 65 kilos, mecanizada en bolsa de vacío y polimerizada en una autoclave, con el fin de obtener la máxima rigidez con el menor peso. Sobre este bastidor se atornillan otros dos bastidores delantero y trasero de aluminio y una barra antivuelco, también de aluminio con soportes de acero de alta resistencia, la carrocería exterior es de fibra de vidrio, con excepción de los paragolpes que son de poliuretano.
Solo para dar una idea de la resistencia del conjunto, en una prueba de choque lateral a 50 km/h únicamente se produce una rotura parcial de la estructura de la fibra de carbono, sin apenas deformación, que en una carrocería de acero se deformaría al interior en 30 centímetros.
El motor es un nuevo propulsor de 1.750 centímetros cúbicos de cuatro cilindros turboalimentado, que ofrece una potencia máxima de 240 caballos, con la particularidad de que entre 2100 y 4000 revoluciones dispone del par máximo de 350 Nm. Esto se consigue con la tecnología «Scavenging» que controla con extrema precisión el ángulo y cruce de las válvulas, para que se genere un flujo de aire directo del flujo del colector de admisión al de escape –produciendo una post-combustión en el colector de escape– para que decaigan las revoluciones del turbo cuando se levanta el pie de acelerador y tener potencia inmediata al acelerar.
La propulsión es trasera, con una caja de cambio automática de 6 velocidades y doble embrague en seco desarrollada y optimizada para este coche por Alfa. El coche no tiene palanca de cambio y se controla con botones. Además dispone de un dispositivo DNA, que permite cambiar el temperamento del vehículo, este dispositivo ya conocido, sobre sus tres posibilidades de configuración Dynamic, Natural y All Weather, se le ha añadido al 4C el cuarto modo «Race» que incrementa las sensaciones deportivas de la conducción desactivando las ayudas electrónicas VDC y ASR, hay una respuesta más rápida al acelerar y el cambio pasa al modo manual a la levas del volante, minimizando el cambio de marcha.
Otra particularidad del 4C es su dirección, sin ningún tipo de servoasistencia y que tiene una relación de giro que permite abordar hasta el 90% de las curvas sin necesidad de soltar las manos del volante. Los frenos de discos autoventilados permiten parar el coche desde 100 km/h en tan solo 36 metros.
Inyección de adrenalina
Tras la explicación técnica pasamos a la prueba, que a todos se nos quedó muy corta, en recorrido y las posibilidades que ofrece una carretera con sus restricciones. De cualquier modo los escasos kilómetros desde la sede de Fiat en Alcalá de Henares hasta al Alto del Gurugú fueron toda una experiencia e inyección de adrenalina que me hicieron rememorar muy antiguas sensaciones con coches tan ligeros y «todo atrás».