Del Dakar a las carreteras
Las versiones de calle de los vehículos que han brillado en la edición de 2018 del Rally
Después de 8.793 kilómetros de dunas, pasos de montaña, pistas rocosas y diversos peligros a través de Perú, Bolivia y Argentina, la tripulación formada por Carlos Sainz y Lucas Cruz le ha dado al Peugeot 3008 DKR Maxi una magnífica victoria en el 40º Rally Dakar. Un vehículo que ha sido diseñado, desarrollado y fabricado en las instalaciones de Peugeot Sport, situados en Vélizy, a las afueras de París. Es la misma fábrica en la que se han gestado automóviles de múltiples categorías, desde prototipos de Le Mans a coches del mundial de rallyes o del mismo Dakar. Y todos ellos, con un denominador común: han sido los grandes dominadores de su especialidad. No en vano, Peugeot ganó la primera carrera de coches cronometrada de la historia, en 1895, cuando un Peugeot Type 7 venció en el Rally París-Burdeos.
Para montar el coche de Carlos Sainz se ha seguido un largo proceso. A medida que las distintas partes que conforman el coche se van esbozando, se procede a su fabricación con los materiales indicados y se va haciendo realidad lo que los diseñadores han dibujado en sus ordenadores. Cada pieza construida se prueba por separado para comprobar que cumple con los parámetros de resistencia y rendimiento marcados en su diseño. En el montaje de una unidad del 3008 DKR Maxi han trabajado tres mecánicos durante 4 semanas, sumando alrededor de 500 horas de trabajo. Aunque mantiene el nombre 3008, el Peugeot ganador del Dakar 2018 no tiene prácticamente nada que ver con la versión de calle. Su equivalente sería, si tuviésemos que escoger uno de la gama, el GT 2.0 BlueHDi 180 S&S EAT8 de 180 CV. Es el más potente de la gama a la venta en España, aunque se queda «en nada» comparado con los 340 caballos del DKR de Carlos Sainz.