Perfecto para todo
Probamos a fondo la versión más equilibrada de la oferta, con propulsor V6 de 440CV, que garantiza un rendimiento excepcional entodo tipo de terrenos y un inagotable placer de conducción
El Porsche Cayenne es un deportivo con carrocería, y habilidades, de todoterreno. Podemos corroborarlo tras una prueba en profundidad de la que nos parece su versión más equilibrada, la S.
Su propulsor gasolina V6 biturbo de 440CV (20 más que el anterior S) garantiza unas sensaciones extraordinarias en cualquier situación: una aceleración asombrosa en carretera –pasa de 0 a 100 en tan solo 5,2 segundos, meritorio para un coche de 2.095 kilos– y potencia suficiente para superar cualquier obstáculo, con un par máximo de 550Nm. Este propulsor se combina con una caja de cambios Tiptronic S de ocho velocidades, más suave en las transiciones que la PDK de la berlina Panamera pero ligeramente menos ágil que ésta.
La mayor parte del mérito de las magníficas sensaciones del Cayenne S lo tiene el chasis. También es lo que lo diferencia de otros SUV con aspiraciones deportivas, a los que el Cayenne sobrepasa en condiciones de elevada exigencia. Fabricado en parte de aluminio, lo que lo hace muy ligero, dispone de un sistema activo de barras estabilizadoras que reduce los balanceos en las curvas. La suspensión puede ser de muelles helicoidales o de muelles neumáticos. Nuestra unidad montaba este opcional, muy recomendable por la versatilidad de la que dota al vehículo.