Recorremos la geografía española, cerca de 4.500 kilómetros, con el DS7 Crossback
Cerca de 40 grados de temperatura exterior, autopistas, autovías, carreteras secundarias, caminos de tierra y pistas de arena en una prueba a fondo de la «joya» de DS
El verano es una época del año tan exigente como la que más para probar un coche. El DS7 Crossback, el SUV grande de la marca francesa, ha cumplido el reto de convertir los largos recorridos a temperaturas tórridas –más de 40 grados– en un viaje de placer. Tras más de 4.500 kilómetros, en las que hemos transitado por todo tipo de vías, desde las cómodas autopistas y autovías camino de la Costa Brava, hasta las traicioneras pistas de arena en los acantilados de Maro (Málaga), sin olvidas las imprevisibles carreteras secundarias de montaña en Pirineos. En todos estos terrenos, el modelo de la marca premium de PSA ha respondido con solvencia para hacer cómodo el viaje. Nuestra unidad de pruebas está propulsada por un motor diésel BlueHDi de 180CV, una potencia más que suficiente para cualquier situación, y al que se puede sacar un extra de rendimiento gracias al modo de conducción Sport o mantener en cuotas de consumo bajas –7 litros a los 100 kilómetros–, con los modos Confort, Normal y Eco. Se asocia con un cambio automático EAT8.
Arrancamos en Madrid, camino de Santander, un recorrido fácil, con muchos kilómetros de autovía salvo un pequeño trozo (60 kilómetros por una aceptable carretera Nacional. Un terreno, como en la mayoría del recorrido, en el que se agradece el completo paquete de ayudas a la conducción que lleva el DS7 (ABS; asistencia al frenado de urgencia con distribución electrónica de la fuerza de frenado; «electronic stability programme (ESP)»; asistencia al arranque en pendientes; freno de emergencia automático; sistema de control de la presión de neumáticos; sistemas de advertencia de la atención del conductor y del abandono de carril; control de velocidad automática con limitador de velocidad; y sistema de reconocimiento de señales de tráfico). Destacar de todos ellos, en los trazados fáciles –autovías y autopistas–, el sistema de advertencia de atención al conductor que te «riñe» cuando observa que te distraes mirando el paisaje o cambiando la música.
En los trayectos cortos en Santander, sobre todo al desplazarte a alguna de las calas cercanas a los arenales de Liencres, da mucha tranquilidad el «Advanced Traction Control (ATC)» que permite al vehículo adaptar la motricidad de las ruedas delanteras en función del agarre de las mismas. Algo a lo que sacamos también mucho partido en la parte final del viaje, en los trazados para llegar a las preciosas calas de los acantilados de Maro (Málaga) donde los caminos son una mezcla de arena y piedras.
Desde Santander viajamos a Villalba de Rioja, un precioso pueblo en la ladera que mira al valle en el que está la localidad de Haro y donde se encuentra la Finca La Cala, de donde sale posiblemente el mejor vino blanco de La Rioja, el Suañé reserva. Trayecto mixto, mezcla de autoví, carretera Nacional y carretras de montaña en las que el DS7 se adapta sin «despeinarse».
Emprendemos camino hacia Cataluña, con tres paradas en ese territorio, Lérida y Calella de Palafrugell (Gerona) y Viella, trayectos cómodos por autovía y autopista de peaje en los dos primeros destinos. Lo complicado, donde hubo que exigirle al coche todo lo que es capaz, estuvo en el recorrido hacia el Pirineo, camino de Viella. Atravesamos puertos que eran una sucesión de revueltas de 360 grados, carreteras estrechas por las que el DS7 demuestra brío, potencia y agarre mientras por el costado dejas barrancos que imponen respeto.
La parte final del trayecto, a pesar de ser la más larga, con destino a los acantilados de Maro (Nerja) y Tarragona, es la más cómoda. La realizamos por autovías autopistas. Las temperatruras cercanas a los 40 grados se llevan bien gracias al climatizador. En estos trazados, la tecnológico es una gran ayuda, como el sistema DS Connected Pilot, que se controla mediante una palanca bajo el volante, aúna tecnologías como el asistente de mantenimiento del vehículo dentro del carril –con dos opciones, para circular por el centro o por un lateral, dejando espacio a motocicletas o bicicletas en caso de atasco–, el control de crucero adaptativo o el asistente en condiciones de embotellamiento, que permite seguir al vehículo inmediantamente anterior durante un atasco. En marcha, el DS7 Crossback mantiene unos buenos niveles de confort en todo tipo de vías, sin que ningún bache de la ruta perturbe la conducción gracias al sistema DS Active Scan Suspension, que registra las ondulaciones y los bachos del suelo a una distancia de cinco metros y prepara al vehículo para superarlos.
Una enorme pantalla táctil de 12 pulgadas preside el salpicadero y da acceso al sistema de infoentretenimiento, mientras que otra pantalla, ligeramente más grande, sustituye al tradicional cuadro de instrumentos tras el volante. Esta segunda pantalla puede personalizarse al gusto del conductor, ofreciendo desde lo más básico –únicamente la velocidad y la temperatura– hasta una completa información de la vía.