El eterno deportivo
Desde que apareció hace más de 40 años, es la referencia en el segmento de los compactos generalistas, por lo que queda más que claro que invertir en un Golf es una apuesta segura
Cuando se trata de hablar del Volkswagen Golf puede parecer una tarea sencilla, pero es muy complicada. Se trata de un coche con tantas posibilidades, que resulta casi imposible ponerle un «pero». Desde que apareció hace más de 40 años, es la referencia en el segmento de los compactos generalistas, por lo que queda más que claro que invertir en un Golf es una apuesta segura. Es un modelo grande para viajar, pero también cómodo para la ciudad y lo que te pida el día a día. Seguro y con rabia, además de un vehículo único tanto en apariencia como en conducción. Los protagonistas de este duelo encarnan la oferta más deportiva de la actual gama Golf: el purasangre GTI y el potente racional GTD, ambos con motores 2.0 turbo de 220 y 184 CV, respectivamente. La eterna duda: diésel o gasolina. Se trata de una difícil decisión, sobre todo, si tenemos en cuenta la estética y el precio –solo hay 625 euros de diferencia entre ambos, que parten de 34.000 euros–. Es la posición de la doble salida del escape la que desvela las verdaderas diferencias exteriores de ambos modelos: el gasolina la tiene por separado en los extremos y el diésel, juntos en el lado izquierdo. En el habitáculo interior, desde el salpicaderos y los asientos deportivos, hasta los pedales en acero inoxidable, las diferencias son mínimas, solo se aprecian en los acabados y los colores de dichos asientos, además de en las revoluciones del tacómetro. Destaca la calidad del salpicadero, de los asientos deportivos y de los pedales en acero inoxidable
Tras una intensa prueba, ambos modelos ofrecen una experiencia de conducción de las que enamoran. El modelo GTI del Golf es un auténtico purasangre. Atlético, enérgico, único en todos los sentidos. Resulta más que emocionante sentir el rugir de su motor. Es conducción en estado puro. De hecho, resulta increíble que esta deportividad pueda ir a la par con los viajes largos, pero así es. Eso sí, cuidado con tu bolsillo.
Por su parte, el GTD cuenta con una aceleración perfecta para su categoría. Nunca tan agresiva como la de su hermano a gasolina, pero si lo «apuramos» asoma todo su potencial. Sorprende por su linealidad y estabilidad, además de por su consumo contenido. Aunque si realmente quieres conseguir consumos casi como si de un urbanita se tratara, el modo Eco ofrece unos increíbles 5 l/100 km. Se elimina así toda creencia de que un modelo diésel no puede ser económico y emocionante al mismo tiempo.