Un eléctrico para mi hijo
Hay que tener en cuenta la edad del niño, la homologación y el cumplimiento de la normativa
Son los Reyes de las Navidades. Los vemos por las calles, los centros comerciales y los paseos de los parques. Coches eléctricos en miniatura que transportan niños de tres a seis años que pueden conducirlos de forma autónoma, convirtiéndose en pequeños pilotos que ruedan a varios metros de distancia de sus padres. En forma de Audi, Mercedes, Ranger Rover o Jaguar, al antojo de los mayores, los niños se entretienen sobre estas mini máquinas con baterías de 6 a 24 voltios y motores que pueden superar los 30w y más de 9000rpm, capaces de mover hasta 60kg y alcanzar hasta 8 km/h.
Y es que, regalar un coche de verdad de estas marcas está solo al alcance de unos pocos afortunados. Por lo que este tipo de coches infantiles, que oscilan entre 200 y 400 euros, además de ser un regalo que suele maravillar a los más pequeños, es también el consuelo de muchos papás que acaban convirtiéndolos en un juguete para ellos mismos, ya que pueden activar el control parental y guiar el trayecto de los niños de forma teledirigida.
El problema llega con los despistes por parte de los padres. Por ello, Trive ha recopilado una guía de buenas prácticas y seguridad a tener en cuenta si Papá Noel o sus Majestades los Reyes de Oriente traen un coche eléctrico a los pequeños de la casa.