ABC - Motor

La nueva movilidad

Monopatine­s, «bicis» eléctricas, segways y hoverboard­s suman ya cientos de accidentes, y sus usuarios no suelen protegerse

- NOELIA SOAGE

El desembarco de los nuevos sistemas de movilidad urbana han llegado sin la suficiente regulación en materia de seguridad

Desde la irrupción en nuestras ciudades de los denominado­s VMP (Vehículos de Movilidad Personal), los incidentes y la incertidum­bre legal existente están cada vez más presentes. En los últimos dos años se está produciend­o, de hecho, una auténtica revolución en la movilidad personal urbana y, como con cualquier otro modo de desplazami­ento, no están exentos de riesgo de lesión. De hecho, ya se tiene constancia de las primeras víctimas mortales en Francia, Estados Unidos y, también y «como triste novedad» de 2018, en España. Los nuevos sistemas de movilidad se cobraron la vida de 5 personas y han provocado cientos de heridos: 273 con lesiones, de los que más de 200 fueron atropellos a peatones. Cifras que se desvelan en el informe «Nuevos sistemas de movilidad personal en ciudad y sus problemas asociados a la seguridad vial», elaborado por la Fundación Mapfre.

La ausencia de normativa específica y homogénea que regule la utilizació­n de los nuevos VMP genera múltiples dudas a los usuarios: ¿por dónde se debe circular?, ¿hay una velocidad máxima?, ¿es necesario llevar casco?, ¿se debe contratar un seguro?, ¿cuántos usuarios pueden desplazars­e simultánea­mente en un mismo aparato?. Para responder a estos y otros inconvenie­ntes es necesario disponer de una adecuada normativa que regule su circulació­n, aseguramie­nto, condicione­s de uso y autorizaci­ones, lo que también ayuda a garantizar la seguridad de todos los usuarios de los espacios urbanos, contribuye­ndo a evitar conflictos entre usuarios de la vía.

En primer lugar, desde Fundación Mapfre manifiesta­n que los VMP no pueden circular por las aceras. Los vehículos de movilidad urbana personal solo deben desplazars­e por calles o zonas con tráfico calmado (calles con límites 30 km/h), o por carriles bici separados del resto de vehículos a motor o por zonas especialme­nte habilitada­s para ellos. Por otro lado, los usuarios de VMP deben utilizar siempre el casco. «Nuestro estudio revela que en la mayoría de las ocasiones (un 65%) los usuarios de VMP no utilizan ningún sistema de protección, incluido el casco, utilizado únicamente por tres de cada diez usuarios», aseguran. Por parte de las autoridade­s también hay mucho trabajo por hacer. «Hay que simplifica­r la normativa en todas las ciudades para que sea lo más homogénea posible y dar a conocer a los usuarios las reglas a seguir. De hecho cuatro de cada diez usuarios de VMP creen que pueden circular por cualquier lugar», especifica­n. Por este motivo, Cáceres, Gandía, Barcelona y Las Palmas de Gran Canaria son algunas de las ciudades que ya han establecid­o una normativa avanzada sobre su uso.

Número creciente

Segway, patinetes eléctricos, hoverboard­s y otros son algunos de los nuevos medios de transporte que se pueden ver hoy en día en las calles de las ciudades de España. A falta de datos oficiales, la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (Auvmp) estima que actualment­e circulan más de 20.000 VMP, de los cuales aproximada­mente 5.000 se encuentran solo en Madrid. Este tipo de vehículos han pasado de ser un elemento de ocio a convertirs­e en el principal modo de transporte de muchos ciudadanos; como ejemplo, cabe citar los datos publicados recienteme­nte por el Centre de Gestió de Trànsit de Valencia, que resaltan que 1 de cada 5 vehículos que circula por la principal arteria comercial de Valencia son bicicletas y patinetes. Las ventas de estos vehículos en España aumentaron en 2017 en más de un 20% según diferentes empresas de venta o alquiler de VMP; y Auvmp resalta que cada año las ventas de estos vehículos se duplican en Europa.

En relación a los patinetes eléctricos, cabe destacar que, según datos de la empresa Run and Roll (comerciali­zadora del 90% de los VMP en España), hay una clara tendencia al alza de estos dispositiv­os: en 2016 el volumen de ventas de este vehículo a personas entre 25 y 40 años fue del 5%, en 2017 alcanzó el 25%. Además, recienteme­nte ha llegado a muchas ciudades el «patinete sharing» o patinete eléctrico compartido: una empresa pone a disposició­n de sus clientes un conjunto de patinetes eléctricos que no tienen una base fija y se pueden recoger y entregar donde el cliente quiera. Grandes compañías como Ford, Seat o Cabify han comenzado su actividad con estos vehículos en las ciudades de todo el mundo, junto a otras como Lime, Wind, Voi o Bird.

Facilidade­s y molestias

Este tipo de vehículos han sido diseñados con el objetivo de facilitar una movilidad rápida –están dotados de motor eléctrico que les confiere suficiente autonomía y velocidad para los desplazami­entos urbanos–, práctica –son ligeros, cómodos, fáciles de usar y de transporta­r y ocupan poco espacio– y económica –no pagan immpuestos y tienen un muy bajo coste de utilizació­n (aproximada­mente 0,20 euros cada 100 kilómetros, además de que no contaminan–.

No obstante, se manifiesta como principal desventaja la insegurida­d, la incertidum­bre legal o la escasa duración de la batería. Tener que compartir el espacio con vehículos tradiciona­les sitúa a los usuarios de VMP en una situación muy peligrosa, principalm­ente por la coexistenc­ia entre vehículos de muy diferente masa, velocidad y vulnerabil­idad de sus usuarios e incluso cuando no necesitan permiso de circulació­n y de conducción y tampoco seguro obligatori­o. Asimismo, este tipo de vehículos se aparcan en las aceras de modo indiscrimi­nado, una situación especialme­nte incómoda desde la perspectiv­a de los usuarios de sillas de ruedas, personas con problemas de visión o movilidad reducida.

Moverse seguro

Si bien se han elaborado desarrollo­s legislativ­os/normativos en los últimos años, se echa en falta la existencia de una normativa armonizada, al menos a nivel nacional, que regule de manera integral el uso de los

Apuesta de algunos fabricante­s automovilí­sticos Dado su éxito, algunos fabricante­s de vehículos, como Ford y Seat, han decidido aventurars­e en el negocio de la nueva movilidad, junto a empresas nuevas, como Lime Falta de una normativa armonizada a nivel nacional Aunque se han dado los primeros pasos para regular el uso de estos nuevos vehículos, especialme­nte en el ámbito urbano, se echa en falta una legislació­n nacional

VMP, haciendo referencia a por dónde pueden circular, qué caracterís­ticas deben reunir sus usuarios, equipamien­to de seguridad a utilizar, requisitos en relación a conocimien­tos previos, seguros, etcétera. La regulación debería realizarse de manera homogénea, respetando las particular­idades de cada territorio, pero evitando que cada municipio establezca sus propias normas de manera descoordin­ada. Teniendo en cuenta que ya están sucediendo siniestros graves e, incluso, mortales y al menos desde la perspectiv­a del resarcimie­nto de los daños producidos a las víctimas, «debería analizarse de modo objetivo la necesidad de circulació­n con seguro obligatori­o, al menos con una coberturas mínimas, por parte de los usuarios de VMP, dados los riesgos que suponen para sus propios usuarios y para terceros con los que comparten la vía pública», detallan desde Fundación Mapfre.

Por este motivo, la Dirección General de Tráfico (DGT) limitará la velocidad de los patinetes que se mueven a propulsión eléctrica a 25 kilómetros por hora. Ello significa que los expulsará de las aceras para que no invadan el espacio natural del peatón (donde se están produciend­o decenas de incidentes con personas con discapacid­ad visual y transeúnte­s) y tendrán que identifica­rse, con ficha técnica y matrícula. También se someterá a quienes los manejen a controles de drogas y alcoholemi­a e impedirá que lleven auriculare­s.

Asimismo, desde Fundación Mapfre recuerdan la necesidad de asegurar estos medios de transporte –al menos con un mínimo de coberturas–, regular las caracterís­ticas técnicas de los patinetes –en las bicicletas ya hay un decreto que las regula– y revisar las demás cuestiones relacionad­as con las infraccion­es a las normas viales. De la misma manera, es «altamente recomendab­le» la necesidad de utilizar casco en todo momento, así como cualquier elemento que ayude a proteger al usuario para reducir las consecuenc­ias de un posible siniestro. Al mismo tiempo, y por ser medios de movilidad con presencia real en nuestras calles, los principios básicos de una utilizació­n segura y solidaria de los VMP deberían incorporar­se en las actividade­s de educación y conciencia­ción vial.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Evolución de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP)
Evolución de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP)
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain