Necesitamos brillo y color
VIVIMOS ENTRE DOS FUERZAS opuestas que determinan nuestra vida: lo masculino y lo femenino. Lo oscuro y el color. Este año, me imagino las fiestas de Navidad con mucho color. ¿Por qué? Pues porque la gente lo necesita. Aunque no suelo decorar mi casa, este año incluso me he atrevido poner un árbol de Navidad. Es un abeto con mucha luz blanca y repleto de inmensas monedas de chocolate de un euro. Un voto de confianza en el nuevo año que está a punto de empezar porque, pase lo que pase, siempre hay algo que celebrar y el brillo es inseparable de la fiesta. De hecho, en mi colección de otoño-invierno, me he imaginado la noche de una forma brillante y un poco “bling-bling”. Me encanta el sonido tan característico de las “paillettes”, por eso ha sido uno de mis materiales estrella. En cuanto al color, he apostado por los metalizados, el oro, el champán, el rosa y el berenjena... Y volvemos a los opuestos y su poder de atracción, por-rque esta temporada he buscado la contraposición de volúmeneses y texturas. Y es que, para mí, a la hora de construir una prendaa lo más importante son los tejidos. Por ejemplo, la organza permite unos volúmenes marcados, arquitectónicos y, sin embargo, un tejido con lentejuelas se adapta al cuerpo, es sinuoso, se mueve y hace ruido... Me gusta diseñar para mujeres muy distintas, que tengan una gran personalidad. Ellas son mis musas.