Una caricia de luz en tu piel
fresco. Y limpio. Así es el look “nude” que, temporada tras temporada, triunfa. Lógico: es perfecto para que todos piensen que la razón de esa “buena cara” es mérito de la naturaleza y no de la experta aplicación de maquillaje.
Tez transparente. El must de un maquillaje “nude” es una buena piel. ¡Imprescindible! El secreto para conseguirla pasa por extender en primer lugar una pre-base. Su fórmula siliconada da un aspecto homogéneo al cutis. El mejor Photoshop cutáneo de la vida real, palabra. Después, se aplica la base de maquillaje, pero de forma muy parca, solo en las áreas que necesitan más cobertura. Elígela siempre en fórmulas uidas y ligeras: el nude requiere texturas satinadas, nunca mates. Los brillos se controlan con un sutil y transparente toque de polvos traslúcidos en la nariz y en la barbilla.
Luz a medida. Hay un punto clave para iluminar los ojos: un toque de corrector en el hueco del lagrimal. Para dar relieve a los rasgos, nada como dibujar una “c” desde debajo de la ceja hasta la parte alta del pómulo, sin entrar en la ojera, y luego pintar una “v” en el centro del labio superior. Esto se completa con un toque de colorete claro (rosa pastel, salmón...) en la parte más carnosa de la mejilla, y unos trazos en polvos bronceadores o colorete marrón muy claro (solo un tono más oscuros que la tez) bajo los pómulos, en la línea de la mandíbula y bajo la barbilla.
Sonrisa radiante. A pesar de todo, incluso en los malos mo-mentos… La vida es bella (como predica el nombre del perfu-ume de Lancôme), y nada como compartir ese mensaje con unaa sonrisa. ¿El secreto? Delinear los labios con un lápiz del mismoo tono de la boca y difuminar la línea, antes de aplicar solo unn toque de labial en el centro.