DESTINO: PARÍS.
PUERTA DE EMBARQUE N 5
Despegamos desde el aeropuerto más fashion, rumbo a la colección de primavera de Chanel.
El Grand Palais de París se convirtió en un aeropuerto de lujo, gracias Chanel.
Abróchense los cinturones: despegamos rumbo a un “show” único.
Última llamada para los pasajeros del vuelo de Chanel Airlines. Por supuesto, nadie con tarjeta de embarque (o invitación) quiso perder ese avión, que despegaba de la puerta Nº 5 del aeropuerto Paris Cambon. ¿El destino? Las propuestas de la firma francesa para esta primavera/verano. En las gradas, convertidas en sala de embarque, aguardaban impacientes Vanessa Paradis con su hija Lily-Rose, Cara Delevingne, Ines de la Fresange, Caroline de Maigret o las españolas Naty Abascal y Marta Ortega. Todo estaba listo para volar... gracias a la imaginación.
Después de viajar con sus desfiles hasta destinos tan lejanos como Dubai, Salzburgo o Dallas, la “maison” francesa construyó su propio aeropuerto para mostrar las tendencias de esta primavera. Y sin los inconvenientes de cualquier otro aeródromo del mundo: sin colas para facturar, con puntualidad máxima y con el personal y los pasajeros más glamurosos de la historia de la aviación civil.
Fue en el Grand Palais de París, el mismo lugar que Lagerfeld convirtió temporadas atrás en “brasserie” o supermercado. Mostradores de facturación, salas de espera, puertas de embarque, auxiliares de vuelo... y modelos convertidas en pasajeras, con equipaje de mano incluido. Sus “trolley” acolchadas –que ya son objeto de deseo para los fashionistas–, fueron las estrellas del desfile, junto a los broches con forma de avión, los cinturones inspirados en los de seguridad de los aviones o las gafas de tamaño XL, ideales para ocultar los efectos del inevitable “jet lag”.
Lejos de distraerse (y recrearse) con el decorado y los accesorios, los invitados pudieron descubrir las propuestas de Karl Lagerfeld para la temporada que ahora empieza: denim, algodón y, por supuesto, el tweed que es marca de la casa, en prendas de aspecto cómodo, hechas para viajar, como los conjuntos de dos y tres piezas, con faldas sobre pantalones. ¿El detalle más curioso? Los estampados, con aviones o con las pantallas electrónicas de despegues, aterrizajes y retrasos. Porque, desde luego, esta sí es una colección de muy altos vuelos.