EL MISTERIO DE MONSE.
CON SU PRIMERA COLECCIÓN HAN CONVENCIDO A “CELEBRITIES”, PRENSA Y GRANDES COMPRADORES. EL DÚO DEL MOMENTO FIRMA CON NOMBRE ASTURIANO.
¿Quién hay detrás de la marca por la que suspiran famosas y fashionistas?
Sarah Jessica Parker, Selena Gomez, Amal Clooney, Lady Gaga y Jessica Biel son, ni más ni menos, algunas de las influyentes clientas de Fernando García y Laura Kim, Monse a efectos comerciales, y de su única colección en el mercado (la segunda, para el próximo otoño, la presentaron hace solo unas semanas). Es cierto que todas ellas ya conocían a la pareja. Igual que Anna Wintour y algunos todopoderosos distribuidores, como Neiman Marcus, Saks, Net-a-Porter y Bergdorf Goodman, que también han comprado la colección para distribuirla en sus grandes almacenes. Laura Kim, de 33 años, y Fernando García, de 28, eran “viejos” conocidos del círculo más poderoso de la moda: ambos trabajaban codo con codo con Oscar de la Renta. García, dominicano de nacimiento de origen asturiano y arquitecto de formación, era jefe de diseño del taller de Oscar, encargado de crear las colecciones de noche y de vestir a las “celebrities”. Él fue el responsable del vestido que lució Amal Clooney en su boda, además de un sinfín de modelos para la alfombra roja y las galas en la Gran Manzana. Laura, norteamericana, se encargaba de la ropa de día y coordinaba el estudio, un trabajo más administrativo que incluye la gestión de presupuestos y el cumpliendo de calendarios.
La muerte de Oscar de la Renta, en octubre de 2014, acabó empujándoles a decidir crear su etiqueta. “¿Por qué Monse? Es el nombre de la madre de Fernando. La unión de nuestros nombres no funcionaba; y Monse nos sonaba fuerte y femenino a la vez”, asegura Laura Kim, que estudió diseño en el prestigioso instituto Pratt. Monse sin “t”, aunque el nombre de la madre de Fernando, asturiana emigrante a República Dominicana, sí la lleva. “Se pronunciaba mejor en inglés”, dice él.
Mujerhoy. ¿Cómo se definirían como diseñadores?
Fernando García y Laura Kim. Venimos de una casa de ropa muy femenina y glamurosa. Teníamos miedo a encasillarnos en ese estilo y queríamos ver que haríamos fuera de la mentalidad de Oscar [de la Renta] y aprender quién éramos.En nuestra firma buscamos a una mujer más cómoda y más sexy, liberada de toda rigidez. De ahí el uso y la reinterpretación de la camisa como tema central en nuestra primera colección. Gracias a Oscar, aprendimos lo que necesita saber un buen diseñador, pero gracias a Monse nos hemos conocido a nosotros mismos.
¿En qué lugar les gustaría posicionar a Monse?
Nuestras colecciones están hechas con las mejores calidades y
las mejores telas. Por fáciles de llevar que sean las prendas, están hechas de forma artesanal por las mejores manos; y queremos posicionarla como una marca de lujo, aunque no a precios tan elevados como los trajes de Oscar. Estamos en la franja de Erdem o Alexander Wang.
¿En qué se diferencia su trabajo en Monse con el que tenían en Oscar de la Renta?
Nuestro trabajo en Monse es más global, tenemos menos prendas y looks que crear en cada colección, pero ahora también debemos controlar otros aspectos de la marca. Compartimos diseño y aspectos financieros, presupuestos, costes, calendarios... Además, seleccionamos las tiendas en las que vender o las celebridades a las que vestir. Es todo muy delicado...
¿Cuál es la herencia de Oscar de la Renta?
Nos enseñó miles cosas; la primera, que siempre hay que escuchar y que nunca tienes toda la razón. Y cuando eso te lo dice un maestro, te hace pensar que siempre debes mantener los pies en la tierra. Hay que escuchar, ser modestos; no importa de donde venga la opinión, todo el mundo puede aportarte algo valioso. Otra herencia que nos dejó es que en tu trabajo tienes que divertirte: si no has disfrutado del proceso de creación, la clienta lo va a notar. Y la tercera se refiere al diseño: nos decía que las ideas más sencillas son las que mejor funcionan.
¿Cómo definen su primera colección, que ha tenido tanto éxito?
Nos acabábamos de mudar a este estudio en el Soho y no teníamos el ordenador instalado ni acceso a internet. Sin el bombardeo de imágenes que siempre influye en los diseños, esta primera colección ha resultado muy pura. Nos planteamos las necesidades de nuestras clientas y de las estilistas con las que solemos trabajar; y creamos unas prendas que no veíamos en el mercado.
The New York Times, WWD, Vogue... todos los medios especializados han alabado su gran trabajo.
Es una gran sorpresa y estamos muy agradecidos. Es algo que no esperábamos y por eso no podemos pedir más para el futuro.
Han arrancado esta aventura con el apoyo de la industria, de otros diseñadores y de personajes muy influyentes. ¿Es más sencillo alcanzar así los puntos de venta soñados?
Si no hubiéramos conseguido el respeto de esos monstruos de la moda que son Saks o Neiman Marcus durante nuestra etapa en Oscar de la Renta, no habríamos obtenido esta respuesta con Monse. Para trabajar y triunfar en la moda se necesita experiencia, conocer el mercado, a los compradores, saber lo que demandan las clientas y lo que buscan los estilistas. Talento, trabajo y experiencia tienen que ser las claves fundamentales.