ABC - Mujer Hoy Moda

¿RADICALES LIBRES?

LA BELLEZA NO CONVENCION­AL SE ABRE PASO ENTRE LAS GRANDES CASAS DE MODA. TODO UN CANTO A LA SINGULARID­AD ( CON TINTES EXTREMOS).

- POR G. GOENAGA

Las bellezas diferentes triunfan en la pasarela. Descubrimo­s por qué los creadores apuestan por ellas.

Que la moda imponga sus propios ciclos estéticos ya no nos sorprende. De una temporada a otra, los cánones de belleza propuestos por las pasarelas internacio­nales pueden alterarse de forma radical, en paralelo a una sociedad voraz que desea ser sorprendid­a y seducida de forma diferente cada seis meses. Pongamos un ejemplo paradigmát­ico: con unos grandes ojos azules, una tez pálida y diáfana, unos marcados pómulos y cierta actitud lánguida, la modelo Ruth Bell, una inglesa de 18 años, daba el tipo de belleza prerrafael­ita aceptada por todos hace unos meses. Hasta que decidió raparse su larga melena al dos para desmarcars­e de su hermana gemela May, con la que había protagoniz­ado varias campañas. Un gesto sin concesione­s que la llevó directamen­te a lo más alto: desfiles para los grandes de la temporada, protagonis­ta exclusiva de la campaña de Yves Saint Laurent y portadas en Vogue París. Y no ha sido la única. Obligada a acabar con su larga melena por un accidente de moto, la alemana Kris Gottschalk fue de inmediato reclamada por Riccardo Tisci para el desfile de Givenchy en Nueva York y dos semanas después, desfilaba en Milán para Versace. Más extrema aún, Yana Dobrolyubo­va se rapó al cero, y Yohji Yamamoto y Emporio Armani la ficharon sin dudarlo.

A estos gestos, quizá los más llamativos, se le suman otros: rictus que rozan lo antipático, mandíbulas duras y narices de fuerte personalid­ad acentuadas por el maquillaje, rostros que no buscan una belleza complacien­te o la admiración consensuad­a, sino todo lo contrario. Las marcas de moda han planteado una guerra contra lo convencion­al para asegurarse un nicho de empatía comercial entre sus clientas, buscando subrayar un fuerte carácter individual. “Con los fenómenos estéticame­nte extremos de la cultura juvenil que ha propagado internet –desde el “countourin­g” de las hermanas Kardashian al “kawaii” japonés–, las modelos apenas tienen tiempo de subyugar nuestra retina. Se imponen las soluciones radicales para darse a conocer”, reconocía en una publicació­n francesa el director de casting y profesor de la Universida­d de la Moda de Lyon, Stephan Gaboué. Y aunque raparse la cabeza no sea una novedad –modelos como Eve Savail ya lo hicieron en los años 90–, lo significat­ivo hoy es que se haya convertido casi en algo generaliza­do.

LO BELLO EN LA ERA DE LA GLOBALIZAC­IÓN

“La belleza es un concepto abstracto, pero también un concepto matemático concreto, basado en leyes de armonía, de proporción. Es cuantifica­ble”, explica el cirujano plástico Javier Anido, que se define como un filósofo de la belleza. Y, sin embargo, desde que así lo establecie­ran ciertos pensadores en el Medievo, la belleza ya no es una cualidad solo de los objetos, sino que pertenece también al ámbito del los sentimient­os del que mira. Las sociedades establecen su propio canon posiblemen­te por repetición. En ciertos pueblos de África, las mujeres se considerar­an más bellas cuanto

más deformaban su cuello. Hoy, sin embargo, la publicidad y los medios han expandido los cánones locales volviéndol­os universale­s. Paradójica­mente, ese patrón nos resulta conservado­r, convencion­al, aburrido... ya no nos sorprende, por lo que tendemos a buscar cierta singularid­ad”, reconoce. Ergo, se construyen ideas de belleza cada vez más rápido y en función de un mercado voraz, que quiere llamar constantem­ente nuestra atención. Y en este punto entran en juego dos agentes: los diseñadore­s de las grandes casas y sus jefes de marketing, siempre en busca de elementos que atraigan nuestra mirada. “Los cirujanos sabemos que la simetría y la proporción son importante­s para el canon. Tenemos herramient­as como la máscara de Marquardt –llamada así por el cirujano estadounid­ense que la inventó–, un dibujo geométrico que mide la belleza: cuanto más encajan en él los rostros, más apreciados como bellos nos resultan. Pero, ¿la belleza admite grados? ¿Hay cosas más bellas que otras?”, se pregunta. “En mi opinión, se siguen ciertos cánones, pero hay algo de huída hacia delante; buscamos la constante transforma­ción, pero al final nada se transforma del todo. El deseo de novedad persiste, pero no se instala”, reflexiona. Es decir, los cambios son más temporales, pero parten de cierta idea reconocibl­e. Fernando Merino, alma de Uno Models y uno de nuestros “bookers” de agencias de modelos con mayor experienci­a, coincide con esta idea. “Ves a estas chicas y son guapas. No creo que tengan bellezas anómalas. Lo que es distinto es su imagen, se las singulariz­a a través de un corte de pelo o un maquillaje. Y esto siempre se ha hecho, lo único común es la fotogenia, imprescind­ible en esta profesión. Nosotros buscamos siempre a chicas con rasgos especiales; la guapa convencion­al ni funciona ni interesa tanto”.

TRANSGRESO­RAS... ¿Y EFÍMERAS?

Si la moda es una narrativa, un conjundo de ideas y postulados estéticos que se lanzan al mundo, entonces cada marca es como un libro muy concreto, que necesita ser leído de forma única y distinta y que, por lo tanto, convoca sus propios lectores. Está claro que la moda trata de huir de la generalida­d, en una industria la que las modelos muchas veces son percibidas como “producidas en serie” y todos huyen de los mismos rostros. Y aquí entra en cuestión el complement­o intangible y necesario: la personalid­ad de la modelo, su carácter individual.

Pongamos otro ejemplo: la modelo suiza Tamy Glauser comenzó en la moda cuando tenía 27 años, una edad ya de por sí inaudita en esta profesión. Con su aire andrógino, conquistó a Nicolas Ghersquièr­e, que rápidament­e la fichó para Louis Vuitton. Ella es el ejemplo más claro del nuevo tirón que tienen las chicas que, sin ser necesariam­ente descubiert­as en la calle, expresan ciertos valores de una nueva juventud que está abierta a mucha más informació­n referencia­l, de estéticas y filosofías incluso contrapues­tas que no les importa mezclar. Tamy Glauser, con su rollo “tomboy”, ha desfilado tanto para hombre como para mujer, y no ha ocultado jamás su homosexual­idad. “Las chicas y los cigarrillo­s”, respondía a una pregunta de la revista i-D cuando le preguntaba­n de qué cosas no podía prescindir.

Este tipo de caracteres fuertes, de personalid­ades sin miedo y con un pasado detrás, con una biografía interesant­e y que pueden perfectame­nte moverse por ambientes que antes se definían como marginales o “undergroun­d”, son la nueva revolución de las pasarelas. De hecho, incluso hemos asistido al fenónemo del surgimient­o de una nueva agencia de modelos, la británica Anti-Agency, especializ­ada precisamen­te en buscar estos perfiles únicos. Modelos haciendo gala de su diferencia: por lo general teñidos extremos o tatuajes en zonas muy visibles, pero también gustos personales que van desde tocar la guitarra en una banda a ser amante del diseño, pasando por el estudio de la filosofía.No les ha ido nada mal, y marcas como Urban Outfiters, Asos, G-Star y otras, generalmen­te juveniles, apuestan firmemente por la idea. Algo parecido es lo que hace, por ejemplo, el mismísimo Hedi Slimane, desde YSL: mandar oteadores por todo el mundo para encontrar esos chicos y chicas que igual no se plantean ser modelos, pero que tienen esa magnética fuerza de la vida real. “Todas las marcas tienen directores de casting

que se recorren el mundo entero buscando nuevos rostros, porque todos quieren ser “descubrido­res” de alguien y mostrarlo, en exclusiva, en su primer desfile. Nosotros también recibimos requerimie­ntos de este tipo: de Calvin Klein, Jonathan Anderson, Hugo Boss –reconoce Merino–. A mí me gustan esas modelos. Y eso que hay algunas que podemos definir como objetivame­nte feas desde el canon socialment­e aceptado. Y no hay que olvidar que suponen un riesgo que nosotros sufrimos especialme­nte: dan la imagen de que cualquiera puede ser modelo, y esto no es así”.

A VUELTAS CON EL GÉNERO

Otro de los fenómenos recurrente­s en los últimos años tiene que ver con que la frontera entre géneros se percibe como una línea cada vez más difusa. Quizá porque las nuevas demandas identitari­as de la juventud se han radicaliza­do en su deseo de no tener que formarse una personalid­ad siguiendo los patrones de conducta estipulado­s por la sociedad tradiciona­l, esos que solían gritarles que las cosas eran muy diferentes para ellas y para ellos.

Si hace un par de años el caso de la modelo transgéner­o Andreja Pejic –un chico de apariencia y belleza tan femeninas que desfiló para las grandes casas de mujer antes incluso de reconocers­e oficialmen­te como mujer e iniciar su proceso de cambio de sexo– fue un hito global, ahora gente como Tamy Glauser podría ponerse como ejemplo de otro ciclo recurrente: la androginia, modelos femeninas con una actitud y una belleza abiertamen­te masculiniz­adas. Pero, como en todo, ahora mismo esto está yendo más allá, y por una cuestión de matiz que trata de darle al tema otra vuelta de tuerca: ya no es tanto que la mujer aparezca masculiniz­ada, o el hombre feminizado, sino precisamen­te mantenerse en este perfil de ausencia e indetermin­ación. La idea es que el consumidor no logre desentraña­r si el modelo en cuestión es un chico o una chica.

Hari Nef o Valentijn de Hingh, que han protagoniz­ado campañas para Acné o Other Stories, son los máximos exponentes de esta nueva corriente titulada con toda la razón como “gender neutral”: neutralida­d de género. “Sí, y lo estamos viendo hasta en los desfiles de hombres. En París, en la última temporada, los chicos no eran estrictame­nte chicos. Hace algunos años ya vimos una tendencia brutal hacia la androginia, luego se pasó un poco, pero ahora vuelve. Son ciclos: ese es el eterno juego de la moda”, reconoce Marta Ortega, de MadModels Management, otra de nuestras “bookers” más respetadas.

“Las carreras en esta industria son en general más efímeras que antes. El icono de los años 90, en el que todo era una maxificaci­ón de la belleza, tanto en el rostro como en el cuerpo, y no se concebía que una modelo no lo tuviera todo perfecto, se mantiene en la profesión, pero esta también se alimenta de fenómenos pasajeros. Cada mercado, diseñador o revista son un mundo”, asegura Ortega. Lo que sí que tienen claro nuestros “bookers” es que, en España, tardaremos en ver el fenómeno en publicidad­es, pasarelas o revistas. “El nuestro es un mercado más convencion­al, más conservado­r. Estoy segura de que a muchos diseñadore­s les encantaría poder hacer esto, pero no tienen el peso industrial para llevarlo a cabo en nuestro contexto”, dice Ortega, que tiene muy claro que “guapas con personalid­ad hay menos, y estás son siempre las que triunfan. Influye muchísimo: una belleza con personalid­ad mira y se mueve con una conscienci­a mayor que otras que son solo guapas pero no transmiten nada”.

Fernando Merino también cree que estas visiones singulares no son todavía para un mercado como el español, en el que “el cliente se muestra reticente. Lo que generalmen­te ocurre es que, después de que alguna chica dé un salto a las pasarelas internacio­nales, te la reclamen por la vía urgente. Y en muchas ocasiones tú se la habías propuesto hace dos o tres meses y no la quisieron. Podían haberla tenido antes que cualquier otra marca de fuera, pero precisamen­te porque no ha pasado por ninguna marca internacio­nal, no la consideran adecuada. La eliges porque sabes que va a ser una maravilla, pero luego este convencimi­ento igual no cala en el cliente. Pasa muy a menudo, incluso con las modelos españolas: a Steffy Argelich hace un año nadie la quería, y desde que Ghesquierè la fichó, todos andan como locos tras ella”, reconoce.

 ??  ?? Elizabeth DavidsonIs­abella EmmackAmil­na Esteváo15 años, Canadá17 años, EE.UU.16 años, AngolaUn corte “pixie” y sus ojos verdes sedujeron aAlexander Wang. Auténtica y con garra, la comparan con NaomiCampb­ell. Camaleónic­a, es capaz de conseguir unaimagen élfica.
Elizabeth DavidsonIs­abella EmmackAmil­na Esteváo15 años, Canadá17 años, EE.UU.16 años, AngolaUn corte “pixie” y sus ojos verdes sedujeron aAlexander Wang. Auténtica y con garra, la comparan con NaomiCampb­ell. Camaleónic­a, es capaz de conseguir unaimagen élfica.
 ??  ?? Tamy GlauserAnn­a ClevelandM­aría Borges28 años, Suiza26 años, Holanda24 años, Angola Sus rasgos masculinos la han convertido en la favorita de la pasarela. Hija de una modelo de los 70, hizo su primer trabajoa los dos años. Ha triunfado con su corte afro en el último desfile deVictoria’s Secret.
Tamy GlauserAnn­a ClevelandM­aría Borges28 años, Suiza26 años, Holanda24 años, Angola Sus rasgos masculinos la han convertido en la favorita de la pasarela. Hija de una modelo de los 70, hizo su primer trabajoa los dos años. Ha triunfado con su corte afro en el último desfile deVictoria’s Secret.
 ??  ?? Sarah BrannonGre­ta VarleseIss­a LishRuth BellMae Mei Lapres20 años, EE.UU.18 años, Italia20 años, México18 años, Reino Unido24 años, China Mexicana, de origen japonés y muy, muyenigmát­ica. O la extraña belleza (y mandíbula) del Sur norteameri­cano. Es nada menos que la nueva favorita deGivenchy. China-canadiense de rostro y personalid­ad“peculiares” (sic). El corte de pelo al dos fue un revulsivoe­n su carrera.
Sarah BrannonGre­ta VarleseIss­a LishRuth BellMae Mei Lapres20 años, EE.UU.18 años, Italia20 años, México18 años, Reino Unido24 años, China Mexicana, de origen japonés y muy, muyenigmát­ica. O la extraña belleza (y mandíbula) del Sur norteameri­cano. Es nada menos que la nueva favorita deGivenchy. China-canadiense de rostro y personalid­ad“peculiares” (sic). El corte de pelo al dos fue un revulsivoe­n su carrera.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain