2. EL MAQUILLAJE SE PRUEBA EN LA MANO
NI DE BROMA. La piel de tu mano y la de tu rostro no tienen nada que ver. Ni en tono ni en textura. De hecho, la del dorso es más gruesa y no tiene definidos los poros como en la cara. Pero la cosa no mejora si lo pruebas en el interior de la muñeca, porque ahí es más fina, más pálida y, lo más importante de todo, no está sometida al rubor natural que vive constantemente tu rostro. Así que la equivalencia entre ambas es nula. Y si eliges tu fondo tomando como referencia cualquiera de los dos sitios, puede que acabes o con un tono demasiado claro o con una textura demasiado cubriente. Tienes otras zonas mucho más adecuadas, como la frente o la mandíbula. Traza líneas con varios tonos, el que no se distinga de tu piel debería ser el ganador.