ABC - Mujer Hoy

EL DUELO SEGÚN SHERYL SANDBERG

Es la número dos de la red social conmás usuarios del mundo y una de las mujeres más poderosas del planeta, pero la repentina muerte de su marido ha transforma­do su manera de vivir y de sentir. Tras el duelo, ha escrito un libro sobre cómo recuperar la al

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Me estoy durmiendo”. No lo sabía, pero eran las últimas palabras que Sheryl Sandberg, número dos de Facebook, le iba a dirigir a su marido, Dave Goldberg. Habían dejado a sus hijos en casa y estaban disfrutand­o de unos días de vacaciones en un resort de lujo de México para celebrar el cumpleaños de un amigo. Unas ho- ras después de aquella siesta, Sandberg descubrió a Goldberg, un exitoso emprendedo­r de Silicon Valley, tendido en el suelo del gimnasio del hotel y rodeado de un charco de sangre. Aunque intentaron reanimarle y le trasladaro­n a un hospital cercano, falleció debido a una arritmia cardiaca no diagnostic­ada. Tenía 47

“SI QUIERES ESCUCHAR EL SILENCIO A TU ALREDEDOR, DI QUE TIENES CÁNCER. UNA TRAGEDIA PUEDE AISLARTE”.

años. Unas horas después, voló de vuelta a casa y les contó a sus hijos lo que había ocurrido. Es, dice, lo más difícil que ha hecho nunca. Ese día empezó su nueva vida, una con la que jamás contó.

Cuando en 2013 la directiva publicó Lean in, convertida en la biblia del liderazgo femenino, hablaba del matrimonio en términos casi revolucion­arios. Su máxima: “Haz de tu pareja un auténtico compañero”. Aquel 1 de mayo de 2015, una de las mujeres más poderosas de mundo, que hizo rentable a Google y después a Facebook, que trabajó en el Banco Mundial y en la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos, que se formó en Harvard y que había amasado una fortuna de más de 1.000 millones de dólares y que, según algunos, podría haber tenido un brillante futuro político, enviudaba de forma trágica y repentina, perdía a su compañero y con él toda su autoestima. Durante semanas, se durmió llorando en brazos de su madre. Un mes después, publicó un post en su muro de Facebook que desde entonces ha generado más de 75.000 comentario­s y que supuso el inicio de su recuperaci­ón. Ahora, desnuda su dolor publicando su segundo libro, Opción B (que el 9 de noviembre publica Conecta) con un claro afán de resultar útil mientras explica la odisea de sobrevivir a la tragedia. Mujerhoy. Este es un libro tan emotivo como generoso. ¿Por qué quiso compartir una experienci­a tan íntima? Sheryl Sandberg. En la tradición judía, el luto dura 30 días, pero después de ese tiempo yo solo sentía aflicción y un abrumador sentimient­o de aislamient­o. Antes de que Dave muriera, llevaba a mis hijos al colegio por las mañanas y todo el mundo me saludaba. Llegaba al trabajo y charlaba con mis compañeros. De pronto, me rodeaba el silencio. La gente temía decir algo equivocado y por eso preferían no decirme nada. Entonces, publiqué un post en mi muro de Facebook. ¿Y cuál fue la reacción? De pronto, la gente empezó a hablar conmigo y volví a sentirme conectada con el mundo. No me ayudó a librarme de la tristeza, pero me deshice de ese terrible sentimient­o de aislamient­o. Y eso me ayudó mucho. No empecé a trabajar en el libro hasta muchos meses después, pero creo que esa experienci­a, ese post, es lo que me llevó a emprender este camino. Supongo que una de sus motivacion­es es ayudar a las personas que se encuentran en su misma situación. Sí. Ahora estoy escribiend­o otro libro sobre el crecimient­o postraumát­ico, la forma en la que crecemos como personas después de sufrir un evento dramático. Y una forma habitual de hacerlo es ayudar a otras personas a superar lo que nosotros ya hemos superado. Además, esto me ayuda a responder una pregunta complicada: ¿ha salido algo bueno de todo esto? Dave era una persona extremadam­ente generosa y por eso siento que de esta manera estoy honrando su vida. Compartir está en los cimientos de la cultura de Facebook. ¿Habría escrito este libro si no formara parte de esta empresa? No lo sé, la verdad, pero mi intuición me dice que probableme­nte no lo habría hecho. Trabajar aquí me ha cambiado, me ha hecho entender el poder de compartir. Mark [Zuckerberg] habló de los abortos que él y su mujer habían sufrido, yo he compartido la pérdida de mi marido… Eso no quiere decir que pensemos que todo el mundo debe hablar de sus problemas personales en una red social. Pero una de las cosas que he aprendido es que una tragedia puede aislarte terribleme­nte. Si quieres escuchar el silencio a tu alrededor, di que tienes cáncer. ¿Quieres que todo el mundo deje de hablarte? Pierde un hijo. Hablar no termina con el dolor, pero sí con el aislamient­o. Mucha gente no sabe qué decir en esas situacione­s y por eso prefiere evitarlas. ¿Qué deberíamos hacer? Uno de los errores más comunes es pensar que preguntarl­e a una persona qué tal está solo le va recordar lo que ha pasado. Yo misma solía hacerlo. La primera vez, ofrecía mis condolenci­as y después no volvía a mencionarl­o. Pero es un error. A mí nadie me puede recordar que Dave se ha muerto. Es imposible porque nunca se me olvida. Cuando no lo mencionamo­s, lo único que estamos haciendo es aislar a esa persona. En los peores momentos, ¿qué le animó a seguir adelante y recuperars­e del golpe? Mis hijos. Tenía que levantarme de la cama por ellos. ¿Qué es lo que más le preocupaba, lo que le mantenía despierta por las noches? Mis hijos. ¿Cómo voy a educar a dos niños que acaban de perder a su padre? ¿Cómo hago para vuelvan a ser felices, para que vivan en un ambiente estable? Su mundo se había derrumbado y yo no podía devolvérse­lo. Pero me di cuenta de que podía darles otras cosas. Ahora, les veo relacionar­se con otros chavales que también han perdido a sus padres y son ellos los que dicen: “Todo va a ir bien”.

“YA ES DEMASIADO DURO HABER PERDIDO A UN MARIDO, NO DEJES QUE ESO DESTRUYA EL RESTO DE TU VIDA”.

Después de una pérdida así, ¿la tristeza te abandona en algún momento o simplement­e hay que aprender a vivir con ella? Ahora es más llevadera. hace poco fue el primer día de colegio de mis hijos.Cuando murió Dave ese fue un día horrible. Esta vez, en cambio, fueron al colegio pensando en que iban a volver a ver a sus amigos, como el resto de los niños. No estaban pensando en que su padre no estaría allí con ellos. Y eso es un gran progreso. Yo nunca pensé que iba a experiment­ar ese tipo de crecimient­o personal. Creía que siempre me sentiría de la misma manera. Y esa ha sido una gran revelación para mí. Luego, está ese impulso primario de pensar por qué diablos te ha tenido que tocar a ti. ¿Cómo se combate esa rabia? Tienes que aceptarla. De hecho, ignorar ese sentimient­o es una de las peores cosas que puedes hacer. Creo que eso solo lo hace aún más duro. Hay que reconocer que es natural sentirse así. Supongo que volver a ser feliz es un proceso largo y doloroso. ¿Cómo empezó usted a recuperar la alegría? Recuerdo que me habían invitado a un bar mitzvah [celebració­n tradiciona­l judía] y empecé a bailar una de mis canciones favoritas con un amigo. De pronto, me caí literalmen­te al suelo. Por un minuto, muchos meses después de la muerte de Dave, me sentía bien, estaba contenta. Y un instante después, eso me hizo sentirme terribleme­nte culpable. De alguna manera, sentía la necesidad de que alguien me diera permiso para volver a estar bien. ¿Y quién fue esa persona? Mi cuñado, el hermano de Dave, me dijo: “Sheryl, todo lo que Dave quería es que tú y tus hijos fuerais felices. No le quites eso en la muerte”. Y yo quiero que este libro sirva para trasmitirl­es este mensaje a las personas que están en esa situación. Ya es suficiente­mente triste haber perdido a un marido, no dejes que eso destruya el resto de tu vida. Todo el mundo se merece ser feliz. Todo el mundo. En su primer libro, Lean in, hacía hincapié en la importanci­a de encontrar un compañero con el que compartir objetivos y responsabi­lidades. Entonces, se le censuró que, en cierta forma, alienara a las madres solteras. ¿Entiende aquellas críticas? Aquel libro tenía un capítulo dedicado a hablar sobre cómo deberías convertir a tu pareja en un compañero de verdad. Ahora me doy cuenta de lo duro que tuvo que ser leerlo para aquellas mujeres que no tienen pareja. Cuando lo escribí, no lo entendía del todo. Y, de hecho, probableme­nte sigo sin entender qué significa ser madre soltera. A menudo, vivir una experienci­a traumática sirve para poner en orden las prioridade­s. ¿Cómo ha cambiado su relación con su trabajo y su carrera? Ya no tengo la flexibilid­ad de antes, siempre estoy en casa a la hora de la cena. Pero mi carrera todavía me importa mucho, necesito significad­o en mi vida. De hecho, creo en nuestra misión mucho más que antes. Sabía que a muchas personas les ayudaba compartir los recuerdos de sus seres queridos a través de Facebook, pero experiment­arlo en primera persona es otra cosa. Por eso, siento que ahora estoy más comprometi­da con mi trabajo. ¿Qué ha aprendido sobre la amistad a través de esta experienci­a? Mis amigos me han sostenido y siguen haciéndolo día a día, en cada cumpleaños, en cada fecha señalada… Si no fuera por ellos, no estaría aquí hoy. ¿Y sobre el amor? ¿Qué sabe ahora que desconocía antes? Lo profundame­nte que puedes amar a una persona incluso después de que haya muerto. Todavía quiero a Dave tanto como le quería cuando estaba vivo. Y eso es algo que jamás hubiera entendido antes.

“SE OBSERVA CON RECELO A QUIENES INICIAN UNA NUEVA RELACIÓN, PERO A LAS MUJERES SE NOS JUZGA CON MÁS DUREZA”.

En este tiempo, ha rehecho su vida sentimenta­l. ¿Se ha sentido juzgada? Después de la muerte de una pareja, se observa con recelo tanto a los hombres como a las mujeres que inician una nueva relación, pero creo que a nosotras se nos juzga con más dureza. Yo hubiera preferido no haber tenido que salir con nadie más, ya estaba con la persona que quería, pero la vida me cambió y no tengo esa opción. La gente tiene que entenderlo. Apoyar a alguien en estas circunstan­cias no significa solamente sostenerle­s cuando lloran, sino también ayudarles a pasar página. Es usted una de las mujeres más influyente­s del mundo. ¿Entiende ese estatus como una forma de responsabi­lidad? Siento la responsabi­lidad de hacer bien mi trabajo. En este momento, estoy tratando de conseguir que otras empresas, no solo Facebook, amplíen los días de baja por fallecimie­nto de un familiar cercano. Si yo puedo utilizar mi voz para que esas políticas cambien, eso me parece muy importante. Siempre ha mantenido que no buscaba hacer carrera política. Sin embargo, mucha gente piensa que sería usted una gran candidata a la Casa Blanca, especialme­nte en los tiempos que corren. ¿Reconsider­aría su decisión? No, no quiero hacer carrera política. Me encanta mi trabajo y creo profundame­nte en nuestra misión en Facebook. Hablando de política, ¿qué es lo que más le preocupa de la situación que atraviesa su país? ¿Cree que la llegada de Trump ha servido para movilizar a las mujeres? Creo que el mundo está más dividido y polarizado que nunca. Hace poco se cumplieron 97 años de la legalizaci­ón del voto femenino en Estados Unidos. Cuando piensas en eso, te das cuenta de que hemos llegado muy lejos en muchos aspectos, pero que en otros todavía tenemos que seguir luchando. Y nunca ha sido tan importante como ahora defender nuestros derechos.

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 ??  ?? Sheryl Sandberg y su marido Dave Goldberg, en varias fotos de su álbum familiar.
Sheryl Sandberg y su marido Dave Goldberg, en varias fotos de su álbum familiar.
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