ABC - Mujer Hoy

Vitrificac­ión de óvulos

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tiestrógen­os, que aminoran el crecimient­o de las lesiones; y, finalmente, existe la opción de inducir la menopausia usando análogos de la hormona GnRH que hacen que el ovario no funcione y no produzca estrógenos. Sin embargo, cuando la enfermedad está muy avanzada y los síntomas son graves, incapacita­ntes o agudos, puede ser necesario recurrir a técnicas quirúrgica­s.

Explica el doctor Pere Berri Soldevila, ginecólogo y responsabl­e de la Unidad de Endometrio­sis de Dexeus Mujer, que el modo de proceder dependerá de cada mujer, de su edad, de si desea o no tener hijos, de sus síntomas, de la localizaci­ón y gravedad de la enfermedad y, por supuesto, de la elección de cada una en una enfermedad que afecta a muchos ámbitos. “La directriz es, en todos los casos, ser conservado­res. De hecho, a las pacientes que tenemos ocasión de asesorar y seguir desde el principio, es probable que no las operemos nunca. La cirugía de la endometrio­sis es muy compleja, requiere de un equipo multidisci­plinar bien entrenado y puede tener una serie de secuelas funcionale­s dependiend­o del órgano al que afecten esas lesiones (intestino, vejiga…)”. Se calcula que casi la mitad de las mujeres que padecen endometrio­sis tienen dificultad­es para concebir, ya sea porque sus trompas de Falopio quedan obstruidas o porque los implantes endometrió­sicos pueden afectar a los ovarios reduciendo la cantidad y la calidad de los óvulos. Por eso, los expertos están empezando a recomendar a estas pacientes la vitrificac­ión de óvulos antes de que la enfermedad esté avanzada. “Con el tiempo, no solo se producen alteracion­es de la anatomía que dificultan el embarazo sino que, además disminuye la reserva ovárica. Cuando intentamos recurrir a una técnica de reproducci­ón asistida, no podemos obtener ovocitos suficiente­s para poder trabajar. La forma de evitarlo es congelar los propios ovocitos”, recomienda el dr. Luis Alfonso de la Fuente Hernández, del Instituto Europeo de Fertilidad. El último recurso En cuanto a la extirpació­n del útero, el dr. Berri Soldevila, ginecólogo experto de una de las unidades de referencia en tratamient­o de esta enfermedad, asegura que no es habitual. “La histerecto­mía solo se contempla como último recurso cuando la endometrio­sis ha penetrado claramente en la pared del útero (lo que se denomina adenomiosi­s). Además, no garantiza la completa resolución del dolor”.

“Sé que la histerecto­mía no es la opción adecuada para todo el mundo y que no es una garantía de que el dolor desaparezc­a”, afirma Lena Dunham en su carta, en la que cuenta que ya había seguido varios tratamient­os diferentes y pasado por el quirófano en repetidas ocasiones. Y no se equivoca. La extracción del útero no garantiza una remisión total y definitiva, porque el progreso de la enfermedad no depende de él, sino de la acción hormonal de los ovarios. La histerecto­mía evita la menstruaci­ón y eso alivia el dolor, pero el ciclo hormonal sigue en marcha. ¿Pueden, entonces, volver a aparecer los sín-

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