ABC - Mujer Hoy

Tonya, las huellas de la VIOLENCIA

Infierno heroína

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LLa patinadora olímpica Tonya Harding se vio implicada en un suceso violento en las competicio­nes preparator­ias para los Juegos Olímpicos de invierno de 1994. Ella, que había sido la primera mujer en realizar un triple salto Axel, el más difícil en patinaje artístico, se convirtió en una villana después de que la acusaran de organizar el ataque contra su rival, Nancy Kerrigan, a la que le rompieron una rodilla.

La reciente película Yo, Tonya narra su historia y pone de manifiesto que la violencia siempre estuvo presente en la vida personal de la patinadora, pero también en el acoso al que fue sometida por la sociedad. Este falso documental, que reproduce entrevista­s que se hicieron en aquellos años, le ha valido un Oscar como mejor actriz de reparto a Allyson Janney, que encarna a la madre de la patinadora. La película refleja algo que ya advertía Freud: una mujer puede repetir con su pareja el vínculo que tiene con su madre. Si esa relación ha quedado marcada Pasó de ser una a una villana. Su implicació­n en el ataque contra una patinadora rival convirtió a Tonya Harding en una apestada. Pero su había comenzado mucho antes, en su infancia. por una ambivalenc­ia amor-odio muy intensa, la elección de pareja tiene un tinte mortífero que se puede expresar en todo tipo de maltrato físico o psíquico.

Las palabras que Tonya (interpreta­da por Margot Robbie) pronuncia en este filme, cuando le preguntan por la relación tormentosa que tenía con su marido, son: “Comenzó a golpearme después de unos meses. Me dijo que no lo haría de nuevo. Pero pensé: “Mi madre me pegaba. Y ella me ama”. Debe de ser mi culpa. Era lo único que conocía. Fue al primer chico que amé. El único problema era que desató el verdadero infierno en mí”.

Y sí, vivió un infierno, pero ya lo llevaba dentro desde hacía tiempo. En otro momento de la película, la madre le dice a Tonya: “Nunca estaría con alguien que me golpeara”. “Tú golpeabas a papá”, contesta ella, a lo que su madre apunta: “Eso es diferente”. La sádica y agresiva madre de Tonya, además de a su hija, maltrataba al padre, con el que la niña se identificó. Este hombre, que fue el cuarto marido de la madre, la abandonó y nunca volvió a saber de él, por lo que no hubo ninguna mediación posible para separarla de esta madre devoradora y narcisista. Elodiodeun­amadre Asumir que tu madre nunca te quiso es un proceso psicológic­o difícil y con consecuenc­ias devastador­as. Es la mayor violencia psíquica que se puede llegar a sentir. Tonya creció en un entorno terrible, era hija y nieta de campesinos, y nació en una caravana. Pero lo verdaderam­ente terrible de su vida fue la frialdad de una madre incapaz de reconocer los méritos de su hija. La joven sufrió sus malos tratos: su madre le pegaba, la insultaba y la llamaba fea, gorda, fracasada, marimacho... Aseguraba que había que decirle que no iba a conseguir nada para que se esforzara más en los entrenamie­ntos. Cuando tenía cuatro años, la puso a entrenar varias horas al día:

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