DESAFÍA A LA CULTURA BLANCA, PERO SU PODER LA CONVIERTE EN UNA FIGURA INEXPUGNABLE.
siglos de historia del arte intensamente acumulados en el Louvre es puramente simbólico: en las negociaciones de despacho, la pareja demostró su admiración por las obras y misión del museo y pagó los reglamentarios 15.000 € diarios que permiten el acceso privado a sus salas. De hecho, el Louvre ya anuncia una visita guiada de 90 minutos para descubrir las obras que la pareja eligió para aparecer en su videoclip, entre ellas: la Victoria de Samotracia, la Venus de Milo, la Gran Esfinge de Tanis o Retrato de una mujer negra, pintado en 1800 por Marie Guillemine Benoist. Frente a él, los Carter exhiben la vía por la que las élites negras, de los Obama a Oprah Winfrey, han logrado la emancipación de la mirada blanca: el dinero. Y es que el color de la piel no importa cuando el color del dinero es el adecuado. Frente al Retrato de una mujer negra, Beyoncé posa con un atuendo que remite al de la mujer del cuadro, pero estampado con el inconfundible y barroco print de Versace. En estos tiempos de capitalismo acelerado, es el dinero lo que iguala, siempre por arriba. El sueño emancipatorio de Beyoncé es personal e intransferible, pero aspiracional para el resto de mortales negras.
¿Temerá su madre de nuevo por su hija ante esta ostentación de poder? Probablemente, aunque su posición como máxima estrella del entretenimiento global la convierte en una figura inexpugnable. Además, su objetivo de elevar el estatus de la saqueada cultura urbana negra coincide con una innegable obsesión del mainstream con todo lo afroamericano.
Hoy, lo cool (o, mejor dicho, el swag) está de lado de las estrellas negras, que además figuran en las listas de los mejor pagados. Allí están Sean Combs (Diddy), Beyoncé, Drake, The Weeknd y LeBron James. Entre los 100 personajes más influyentes elegidos por Time este año encontramos más afroamericanos que nunca: Viola Davis, Simon Biles, RuPaul, John Legend, Alicia Keys, Donald Glover, Chance the Rapper...
La demografía estadounidense favorece el fin del monocultivo cultural. Además, la generación millennial, la que marca los valores y tendencias que triunfan, está compuesta en un 42% por personas no blancas, sobre todo latinos (22%) y afroamericanos (14%). La consultora Nielsen los caracteriza como ambicul- turales: capaces de transitar entre su cultura de origen y la estadounidense, de servir de puente y de mezclarlas. Como consumidores, su potencial de gasto no deja de aumentar: según datos del Selig Center for Economic Growth de la Universidad de Georgia, ha pasado de 320 millones de dólares al año en 1990 a más de 1.000 millones de dólares este año (un 275% más). Jugada maestra Está claro que la inteligencia empresarial y creativa de Beyoncé es enorme: su combinación de esteticismo fashionista y simbolismo político la sitúa en un terreno lo suficientemente seguro como para no resultar antisistema, pero sin renunciar a conectar con la rabia y la energía de movimientos como Black Lives Matter [La vida de los negros importa]. Jugada maestra: riesgo cero. Su objetivo no