“Fue un flechazo. Lo tiene todo muy claro y eso es oro para esta profesión”.
N.N. Sí, sí por las risas. A.R. Por las cosas que decimos y por el tono. Me dicen que mi registro cambia totalmente cuando estoy con Najwa. Y eso es muy bonito. N. N. Creo que ambos vemos esta profesión de una forma muy lúdica, por eso conecta- mos. No nos tomamos nada a pecho, somos cero dramáticos y muy prácticos. Es como una conexión del norte, yo soy vasca y él, de León. Es decir: somos austeros y sobrios. A.R. También hemos tenido nuestras luces y nuestras sombras, pero ahora estamos en otro momento, con Antonio Rubial, representante.
yotra visión más realista. En un lugar mucho más honesto con nosotros mismos y con la profesión. Y esto nos hace entendernos aún mejor. N.N. Yo desaparecí de este planeta hace unos años. Me puse a parir y a criar a mi hijo Teo durante cuatro años y me centré en la música. Cuando volvimos a trabajar juntos, me encantó la actitud de Antonio, generosa y sin rencor. Entiende el business, y la ida y la vuelta de un actor, y eso se lo debemos a Katrina Bayonas, con quien empezamos los dos. Cuando volví, fue como si no hubiera pasado el tiempo. A. A. Nos reencontramos durante el Festival de Málaga. Fue muy fácil. Nos miramos e hicimos clic otra vez. N.N. Antonio tiene una intuición increíble, es un jabato. Sabe cómo ha cambiado el paradigma de lo audiovisual. Katrina decía que una carrera se hace a base de “noes”: donde dices no, luego viene el sí. Pero para eso tienes que aguantar y Antonio y yo lo hemos hecho de forma muy natural. A.R. Recuerdo un día que tú me mandaste unas flores por algo, con una nota que todavía guardo en mi cajón: “A veces nos queremos más, a veces nos queremos menos, pero el camino lo hacemos poco a poco”. Esa nota escrita de tu puño y letra me hizo mucha ilusión. Pensé: “Qué real y qué bonito”. Me encantó. N. N. No nos vemos mucho, pero siempre estamos | 13