DOS ESTILOS, MISMA SINTONÍA
Lladó y Castillo comparten, entre otras cosas, su amor por el arte, las antigüedades y un estilo en el que reinan las mezclas sorprendentes. Valientes, vitalistas, cercanos y cosmopolitas, estos dos ases de la decoración no conocen la palabra rivalidad. El encuentro se produce en uno de los cafés más chic de la capital, Il Tavolo Verde. Lorenzo Castillo. Nos conocimos en la feria de antigüedades y coleccionistas de arte de Madrid, la Almoneda, hace 20 años. Nuestros stands eran los más bonitos de la feria, con dos estilos complemente distintos, pero los más ideales. Nos reímos desde el principio. María Lladó. Siempre recuerdo el sofá de terciopelo amarillo de seda Louis XV que te compró el anticuario Miquel Alzueta, maravilloso. Yo te compré un cuadro de Panton. L. C. Las ferias unen mucho porque se empieza muy pronto y se acaba muy tarde. Entonces yo solo era anticuario, pero cuando entré al interiorismo María fue un gran apoyo. M. L. Nos hemos llamado cantidad de veces para consultarnos por piezas para nuestros proyectos o para pedirnos direcciones de algún profesional. L. C. Tenemos una relación a distancia porque María vive en Barcelona y yo en Madrid. 18 | M. L. En esta profesión puedo decir con orgullo que mis confidentes son Lorenzo y Lázaro Rosa Violán. L. C. Es un cariño a distancia. María tiene una casa en Ciudadela maravillosa y voy a darle el rollo a partir de ahora porque he comprado una casa en Mahón, por lo que Menorca va a ser otro de nuestros puntos de encuentro. M. L. Eso es algo muy nuestro, que al final, nos vamos encontrando en todas partes. Nos va gustando lo mismo y eso nos une. Primero fueron los muebles, después la decoración y ahora son los lugares los que ejercen la atracción.