ABC - Mujer Hoy

LA ESCUELA MARGINA EL TEATRO, LO VE COMO UN JUEGO; PERO ES NUESTRO JUEGO MÁS SERIO”.

-

¿Quién le enseñó a usted a amar el teatro y la cultura? Nadie. En mi familia no hay nadie relacionad­o con el teatro, pero yo, desde muy pequeñita, era un show constante. Me recuerdo viendo películas; a mi madre le encantaban Bette Davis y Victoria Abril, y yo quería ser actriz. Me veía estudiando una carrera –Psicología o Periodismo– y luego entrando en una escuela de teatro; pero no se dio así. Empecé muy prontito, en el Un, dos tres y luego otra cosa, otra y otra… A los 18 ingresé en el estudio de Juan Carlos Corazza y hasta ahora. Con él me sigo formando con cursos intensivos que me dan la vida. Son un reto continuo, un enfrentarm­e a mis limitacion­es, un no acomodarme. ¿En un actor hay más de talento innato o de aprendizaj­e? La piedra hay que tenerla, con eso se nace, pero luego hay que pulirla si se quiere sacar de ahí un diamante. Toda formación es poca. ¿Cuándo está preparado, titulado o completo un actor? Jamás. Cada nuevo trabajo es un reto. Lo maravillos­o de mi oficio es que, si eres curiosa, con cada nuevo personaje aprendes. Creo que la interpreta­ción, si estás bien asentada y amueblada, es una profesión que te humaniza y te hace más comprensiv­a, más compasiva con los demás y contigo misma. Más empática y menos juez. Ahora, si estás un poquito inestable, también te puede hacer mucho daño, porque el material con el que se trabaja –sus emociones, sus miedos, sus insegurida­des, su ego...– es muy delicado. ¿Está donde le apetecía estar en este momento de su vida? Estoy en un momento de conexión con mi niña: enamorada de ella. Cuando un hijo te viene sano, es el mayor regalo que hay; pero es que además ella viene cargada de un montón de regalos extra. Estoy en un momento de inmenso agradecimi­ento a la vida. Siempre, incluso en las etapas difíciles, he sentido esa gratitud, porque el simple hecho de poder continuar en la vida ya es maravillos­o. En ocasiones te ves en circunstan­cias complicada­s, pero estoy reconcilia­da con eso: acepto la vida con todo lo que es, y eso incluye una parte durísima y muy perra. Hoy se le da mucha importanci­a a la fortaleza: hay que luchar, hay que vencer, hay que conseguir... Y yo creo que en la vida hay que fluir. Más que ser fuertes como una roca, hay que ser flexibles. Es uno de los mejores rasgos que puede tener una persona porque, tal y como es la vida, con tantas olas, se trata de surfear. Me viene siempre la imagen de los juncos: se mueven con el viento y las circunstan­cias, y están en ese baile; pero siguen ahí, con su raíz. | 15

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain