La clave del sueño: crear rutinas
ROCÍO RAMOS PAUL Psicóloga, educadora y comunicadora
“Irse a dormir es algo complicado para los niños; no les apetece dejar la actividad en la que están y muchas veces no son capaces de darse cuenta de su propio cansancio. Lo ideal es crear un hábito. Yo suelo compararlo con el acto de dejar las llaves siempre en el mismo sitio al volver a casa. Si un día no lo haces, lo más probable es que te vayas sin ellas. Para los pequeños, es lo mismo. Les ayudamos a organizarse, a que estén descansados al día siguiente. Y así los adultos tenemos tiempo para nosotros.
Irse a la cama sin rabietas puede ser todo un reto: siempre hay un día que quieren quedarse despiertos hasta más tarde, y ellos van cambiando de etapa y requieren cosas distintas... Pero generar un hábito les da seguridad porque les adelanta lo que viene después.
Hay que aprovechar la franja entre las ocho y las nueve de la noche, que es cuando el cerebro de los niños tiene más facilidad para desconectar y conciliar el sueño, para establecer una rutina de tranquilidad: una frase que les indique que es la hora de acostarse, la seguridad de que les vamos a acompañar, tal vez leerles un cuento... Con el tiempo, lo más probable es que el niño entre en rutina y se vaya a la cama sin lágrimas”.