Espíritu LIBRE
Fue una escritora brillante, una artista audaz y una mujer que no temía al escándalo. Ahora, con el rostro de Keira Knightley, su vida –y su matrimonio iniciático con un vividor– llegan a la gran pantalla.
En el vanguardista París de finales del siglo XIX, no había pareja más transgresora que la formada por Willy y Colette. Ambos eran creativos, noctámbulos, bisexuales. Él era un escritor, periodista y diletante bon vivant, bien conocido por el todo París; ella, una joven recién llegada del campo. Pero la historia recuerda a Colette, no a Willy, como icono de la literatura francesa, por novelas como Chéri, Gigi o la saga Claudine. Hoy sigue siendo la única escritora gala que ha recibido un funeral de Estado.
La película Colette (estreno: 16 de noviembre) nos habla de cómo cambiaron aquellas improbables tornas, cuando la joven Sidonie-Gabriele Colette aceptó ejercer de “negra” para su marido y sus libros sobre Claudine, una colegiala ingenua y perversa a la vez, se convirtieron en la sensación de París y en la lectura preferida de las jóvenes francesas.
Con un Dominic West feroz y una Keira Knightley siempre cómoda en papeles de época, Colette –dirigida por Wash Westmoreland– nos habla de una mujer que, hace un siglo, fue capaz de dar la vuelta al mito de pigmalión, reivindicarse, elegir la manera en que quería vivir su sexualidad y alejarse de los amores tóxicos (se casó tres veces). Como afirma la protagonista, “la mano que sostiene la pluma es la mano que escribe la historia”. ●