DAKOTA JOHNSON abandona las sombras
Aunque está orgullosa de su familia (papá es Don Johnson; mamá, Melanie Griffith; y la abuela, Tippi Hedren), su sangre azul hollywoodiense la incomoda y quiere reivindicarse por méritos propios. Lo logró con la controvertida saga erótica 50 sombras de Grey: la crítica no tuvo piedad con la trilogía, pero Dakota se libró de la masacre. De hecho, Hollywood anunció a bombo y platillo que había nacido una estrella. Y, aunque nunca ha renegado de la franquicia, ahora la actriz quiere librarse de esa losa. Y, para ello, toca ración de cine indie, como ya hizo Kristen Stewart para digerir su saga vampírica. Tras estrenar la comedia negra Malos tiempos en el Royale, Dakota encarna a una aspirante a bailarina en Suspiria, el remake del clásico de Dario Argento. No fue un reto sencillo: entrenó durante año y medio, sufrió lesiones y el perturbador material le provocó pesadillas. De hecho, tuvo recurrir a un terapeuta. Está claro que no quiere vivir de las rentas. Ni de sus apellidos. Prefiere ganarse a pulso el estatus de estrella.