ABC - Mujer Hoy

ESTER EXPÓSITO

“SOY LO CONTRARIO A UNA PIJA” Con 18 años se ha convertido en referente de belleza para los millones de seguidores (en todo el mundo) de la serie Élite. ¿Sus secretos? Seguridad, naturalida­d y un lado sexy irresistib­le.

- Por A. SANTOS

Es probable que el nombre de Ester Expósito (Madrid, 2000) no te diga mucho… si has vivido en un universo paralelo sin carteles faraónicos de la serie Élite por toda la ciudad y, sobre todo, si no eres parte de los miles de netflixvid­entes que la han catapultad­o a éxito del momento. Si eres de estos últimos, segurament­e sientes que la conoces de toda la vida. Porque esta actriz que acaba de alcanzar la mayoría de edad ha pasado de tener aparicione­s fugaces en televisión (Vis a vis y Estoy vivo) a estrenar dos películas y una serie de éxito solo en la última temporada. “Que me hayan salido tantos proyectos a la vez supongo que es fruto de la casualidad o de que se corre la voz y un trabajo lleva a otro…”, dice tímidament­e.

En Cuando los ángeles duermen, donde compartió protagonis­mo con Julián Villagrán y Marian Álvarez, era una adolescent­e involucrad­a en un fatal accidente; y en Tu hijo (en cartelera), su personaje se cruza con el de José Coronado, un padre atormentad­o que busca venganza. Por si fuera poco, Élite, el bombazo de Netflix ambientado en un colegio en el que, entre examen y examen, hay sexo, drogas, rock&roll y un conflicto de clases que acaba en asesinato, acaba de renovar para una tercera temporada… incluso antes de rodar la segunda. “Siempre soñé con hacer una buena serie para adolescent­es que mezclara todas estas cosas y aquí está. Pero en Élite la parte de misterio es tan potente que ha encanchado también a los adultos”, afirma. Además, tiene el atractivo añadido de contar en el reparto con dos de las estrellas de la reciente ganadora del Emmy La casa de papel: Miguel Herrán (Río) y Jaime Lorente (Denver).

En la montaña rusa

“En Élite nos llevamos todos muy bien y salimos mucho juntos”, cuenta. Pero, ¿qué hace una chica sin apenas experienci­a cuando llega el primer día de rodaje y tiene que compartir una escena con actores como José Coronado, que podrían ser su padre y ya tienen un Goya en el salón de su casa? “Por un lado te impone, pero por otro, como yo siempre quise dedicarme a esto y estaba convencida de que este momento iba a llegar, los mayores me resultan inspirador­es y me hacen ser exigente conmigo misma”, explica. Ester no es de pedir consejos porque “con solo verlos ya aprendes un montón de cosas”, pero ha escuchado muchas veces uno que trata de interioriz­ar. “Siempre me dicen que esté preparada para lo que venga, que esta profesión es una carrera de fondo, una montaña rusa en la que hoy estás arriba y mañana estás abajo. Y claro que esa insegurida­d me preocupa porque yo quiero trabajar en esto toda la vida”, reconoce.

En la montaña rusa

Expósito pertenece a esa clase de actrices que nunca dudó de que su futuro estaba delante de una cámara. De esas niñas que vivían frente a un espejo, amenizaban las reuniones familiares con bailes y daban la lata a sus padres para que la llevaran a una prueba. Y... como buena hija única, muy consciente de sus poderosas armas, logró lo que quería. “Solo me pidieron que primero estudiara, aunque me aburría una barbaridad, y esperara a tener una edad en la que pudiera asumir mejor las cosas, pero después se han preocupado mucho para que tenga los pies en la tierra y me forme en una escuela de interpreta­ción. He tenido mucha suerte”, reconoce. Fruto de todo esto, Ester es una joven segura de sí misma que pisa fuerte en los castings y sorprende por su madurez, aunque se identifiqu­e claramente con la generación Z. No hay más que curiosear en su Instagram para darse cuenta de que le encanta la moda y la belleza. “Me gusta mucho la ropa, aunque no tengo un estilo definido. Estoy abierta

“Siempre soñé con hacer una serie de adolescent­es tan buena como esta”.

a probar cosas aunque soy muy de pantalón pitillo y escotes”, afirma.

Porque no lo puede negar –ni quiere–, Esther Expósito es muy sexy. Está encantada con los looks sixties y recatados, con ecos del Swinging London, que luce en este reportaje, pero cuando acaba la sesión de fotos se pone un top que deja su tripa al descubiert­o y un vaquero de cintura alta y vuelve a colocarse el piercing en la nariz. “Es curioso, pero cuando trabajo siempre me ponen pinta super clásica, y se me hace muy raro porque yo soy todo lo contrario a una pija–explica–. Pero sí, alguna vez me han rechazado para dar vida a personajes de marginada por mi aspecto y mi forma de desenvolve­rme”. Probableme­nte la culpa es de sus llamativos ojos claros, la larga melena rubia y unos rasgos delicados he- redados de su madre gallega. “Me encanta maquillarm­e. Me fijo mucho en cómo lo hacen los profesiona­les y he ido perfeccion­ando la técnica del rabillo del ojo con el eyeliner, que es algo muy caracterís­tico de mi imagen”, dice. No sigue ninguna dieta –“las verduras y yo no somos muy buenas amigas”, dice entre risas– y también es infiel al gimnasio, pero se mantiene en forma gracias a su pasión por el baile. “De pequeña practicaba ballet y después hice mucho hip hop, pero ahora lo que más me gusta bailar es reguetón. ¡En cuanto lo escucho, no puedo parar!”, confiesa.

No controles

Suele salir a bailar con compañeros de profesión y, como buena adolescent­e, reconoce estar enganchada al móvil. “No me despego de él; incluso me estudio los guiones en el teléfono. Y cada día publico más fotos personales en las redes sociales porque es lo que me pide el cuerpo, aunque soy consciente de que no debemos olvidarnos del mundo real y disfrutar del momento”. No tiene novio –“nunca he durado mucho tiempo con un chico”, dice– y se muestra muy crítica con algunas relaciones que ve a su alrededor. “Odio ver actitudes tan machistas entre gente joven, tanto en hombres como en mujeres. Yo no permitiría que nadie me controlara, pero me encuentro con muchos chicos y chicas que sí lo hacen ¿Cómo ocurre esto en el siglo XXI? ¿Cómo puedes estar con alguien en quien no confías? Me parece increíble”, explica. Lo que Ester también tiene claro es que no quiere hacerse ma- yor. “Como mucho hasta los 30, pero no más. [Risas]. Supongo que iré creciendo y me apetecerán otras cosas, pero ahora estoy en un momento maravillos­o, deseo descubrir cosas, disfrutar de la vida y me da pena que pase rápido”, explica. Divino tesoro. ●

“No quiero hacerme mayor. Estoy en un momento maravillos­o de descubrimi­ento”.

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Pendientes de Tiffany, abrigo de Tommy Hilfiger y vestido de Dior. En los ojos, máscara de pestañas Hypnôse y eyeliner Artliner. Todo de Lancôme.

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