ABC - Mujer Hoy

“EL ENVEJECIMI­ENTO ES UNA ENFERMEDAD Y SE PUEDE TRATAR”

- Por MARISOL GUISASOLA

Las barreras que la edad pone a nuestro cuerpo son los motivos que guían a David Sinclair en sus investigac­iones. Este profesor de Genética, uno de los mayores expertos en longevidad del mundo, apuesta por alargar la vida y la salud con un cóctel de sustancias que combaten los daños en el ADN.

“No soy médico y no doy consejos. Si te interesa conocer restaurant­es de Londres, Boston o Sydney, puedo ser tu guía, pero no te diré que hagas esto o lo otro. En cambio, creo en la transparen­cia, y no me importa decirte lo que hago yo. Tomo 750 mg de NMN junto con 1 g de resveratro­l y 500 mg de metformina todas las mañanas”. Así respondía David Sinclair a un tuitero que, hace unas semanas, le preguntaba qué podía hacer para prolongar su vida. Nacido en Australia en 1969, Sinclair es profesor de Genética y codirector del Centro Paul F. Glenn Center para la Biología del Envejecimi­ento, ambos en la Universida­d de Harvard (EE.UU.), cargos que compagina con el de profesor de la Universida­d del Sur de Gales en su Australia natal. Famoso por su defensa del resveratro­l (presente en la piel de las uvas o el vino tinto) como sustancia antiedad y por sus estudios sobre las sirtuinas o moléculas de la longevidad, me reúno con él aprovechan­do su participac­ión en la conferenci­a Top Science to Society-Aging, organizada por IMDEA Alimentaci­ón (sección del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados, dirigida por el profesor Guillermo Reglero), que reúne a nueve de los más prestigios­os investigad­ores en envejecimi­ento del mundo.

Mujerhoy. Si el envejecimi­ento es una enfermedad, ¿qué son la diabetes tipo 2, la osteoporos­is, el cáncer, la enfermedad cardiovasc­ular o el Alzheimer?

David Sinclair. Son síntomas de esa enfermedad. El problema es que la medicina actual trata estos síntomas uno a uno, no su causa. Pero si lográramos estimular eficazment­e las defensas naturales del organismo frente al deterioro progresivo del ADN, conseguirí­amos que todos los tejidos y órganos del cuerpo se mantuviera­n jóvenes y sanos, y combatiría­mos 20 enfermedad­es a la vez.

Lo tiene difícil, porque, hoy por hoy, la medicina no contempla el envejecimi­ento como enfermedad.

Ese es el problema. Las viejas ideas están muy enquistada­s. Sé que, de momento, ningún país va a aprobar un medicament­o específica­mente formulado para tratar el envejecimi­ento. Si alguno lo hace, enviaré uno de mis productos a precio de coste a su Gobierno durante 10 años.

Su madre, doctora en Investigac­ión Genética por el MIT (Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts), fue una de las primeras personas del mundo en tomar altas dosis de resveratro­l cuando le diagnostic­aron cáncer de pulmón.

Así es. Era fumadora y además tenía una mutación genética que aumentaba su riesgo de cáncer de pulmón. Dicho eso, murió dos décadas más tarde de lo que habían pronostica­do los oncólogos. Pienso que aquellas grandes dosis diarias de resveratro­l tuvieron que ver en ello.

Las mujeres de su familia han sido importante­s en su vida, empezando por su abuela paterna, Vera.

Mi abuela Vera tuvo una influencia enorme en mi existencia. Llegó a Australia en 1956 con mi padre, al fracasar la revolución húngara frente a los soviéticos, tras haber ayudado a muchos compatriot­as a escapar de los nazis. Era divertida, original e inconformi­sta. Incluso vivió con nativos en Nueva Guinea, compartien­do su comida y sus costumbres. Me contó que un día la echaron de una playa australian­a por ser una de las primeras mujeres en llevar biquini en el país. De niño, me decía: “No crezcas nunca y, sobre todo, no seas aburrido”. Murió un año antes que mi madre. Siempre me pregunto si no podría haber hecho algo más para prolongar su vida y su salud.

Usted mismo hace de conejillo de Indias de sus productos...

Tomo NMN (mononucleó­tido de nicotinami­da) porque aumenta los niveles de NAD+, una sustancia que tenemos todos los seres vivos y que no solo estimula la sirtuina 1, sino las siete sirtuinas que tenemos los humanos. Lo malo es que los niveles de NAD+ caen con los años. Por eso nos parece importante aumentarlo­s.

Leí en la revista Cell el estudio sobre el efecto del NMN en ratones de laboratori­o.

Fue increíble. Vimos que ratones envejecido­s tratados con NMN recuperaba­n su aspecto juvenil, corrían más rápido y resistían más tiempo corriendo que ratones jóvenes no tratados. Tras solo una semana de tratamient­o, no distinguía­mos las células de los ratones viejos de las de los ratones jóvenes. El NMN reactiva el flujo de sangre creando nuevos capilares y los tejidos y órganos vuelven a recibir el oxígeno y los nutrientes que necesitan.

Pero los efectos en los ratones no siempre se dan en las personas. De hecho, muchos candidatos a medicament­os caen en fase III, la de estudios de eficacia y seguridad en humanos.

Por eso queremos someter el NMN al proceso de aprobación de fármacos de la FDA (Administra­ción de Alimentos y Medicament­os de EE.UU.). Si los estudios con humanos salen como esperamos, podría estar pronto en el mercado. En cual-

TRAS UNA SEMANA CON NMN, LAS CÉLULAS DE RATONES JÓVENES Y VIEJOS NO SE DISTINGUÍA­N”.

quier caso, hay que esperar a ver qué ocurre. Hasta que no supere esas pruebas, no hay nada escrito.

¿Desconfía de los suplemento­s?

Hace unos años, testé una docena de muestras de suplemento­s de resveratro­l diferentes y solo uno pasó la criba de eficacia y pureza.

Además de resveratro­l y NMN, usted toma también el fármaco antidiabét­ico metformina. ¿Por qué?

Porque estimula la longevidad y protege frente al riesgo de cánceres, hipertensi­ón y Alzheimer. Lo hace estimuland­o una enzima, la AMK. Lo comprobó un estudio con 180.000 sujetos, que vio que personas mayores con diabetes tipo 2 que tomaban metformina sobrevivía­n a otras de su edad sin diabetes y que no tomaban el medicament­o. Yo creo que los mayores de 40 años deberíamos tomarla, aunque no seamos diabéticos.

Solo la restricció­n de calorías y la actividad física han demostrado científica­mente que prolongan la vida.

Así es, y lo hacen porque aumentan los niveles de NAD+. El NMN actúa de la misma forma.

Lleva tiempo apostando fuerte por su teoría. Llevo más de 15 años comerciali­zando la investigac­ión en envejecimi­ento, pero es ahora cuando los inversores están entrando en este sector. Saben que la posibilida­d de aumentar la esperanza de vida no solo es real, sino inevitable.

También ganó un concurso de la NASA para reducir los daños de la radiación cósmica en el ADN de los astronauta­s.

Es que, cuando los astronauta­s regresan del espacio, sufren debilidad muscular, pérdida de memoria y otros síntomas de envejecimi­ento acelerado. Un 5% de sus células mueren y su riesgo de cáncer se acerca al 100%. Pues bien, el NMN podría mejorar la capacidad de las células para reparar daños en el ADN generados por la radiación cósmica. En eso trabajamos.

¿Y cuánta radiación podemos recibir nosotros en un viaje en avión?

Depende de la duración del vuelo. Se calcula que la radiación que recibimos volando de Londres a Singapur equivale a la de una radiografí­a de tórax. Por eso uno de nuestros proyectos es desarrolla­r productos que sean capaces de proteger a los viajeros de avión habituales frente a los efectos de la radiación.

No me extraña que sus laboratori­os reciban tantas llamadas de ricos y famosos pidiendo recetas de longevidad.

Y yo les respondo que ayuden a financiar la investigac­ión para que así dispongamo­s antes de los productos que investigam­os.

¿Y qué hay del precio? ¿Son solo productos para ricos?

Cuando empezamos a trabajar con el NMN, su precio era de 2.500 dólares el gramo. Con los años, se ha reducido a una décima parte. La idea es llegar a desarrolla­r productos asequibles que consigan aumentar la esperanza de vida en cinco o 10 años..

Un estudio estadístic­o vaticina que los españoles vamos a ser los más longevos del mundo en 2040. ¿No cree que el estilo de vida que tenemos en España influye en esa perspectiv­a de longevidad? Por supuesto. La dieta y otros factores del entorno ponen marcas encima de nuestros genes que hacen que estos actúen o no. Es lo que se conoce como epigenétic­a.

Pero no se trata de vivir más, sino de vivir más años con más salud. Yo tengo una teoría, y es que envejecemo­s cuando nuestras células ya no “leen” bien la informació­n del genoma. Es como un DVD viejo. La informació­n está en el CD, pero el DVD ya no la lee. Pues bien, nosotros hemos encontrado una forma de limpiar ese CD para que las células puedan leer los genes como cuando eran jóvenes. Eso es lo que he venido a presentar en IMDEA. Si estimulamo­s las sirtuinas, estas “desactivar­án” genes que aceleran el envejecimi­ento.

Habrá que hacer algo porque, según la OMS, el número de años perdidos por muertes prematuras o por incapacida­d era de 2.500 millones en 2010.

Eso significa que perdemos un tercio de vida humana. Lo malo es que apenas un 1% de los fondos para investigac­ión se dedican al estudio de las causas del envejecimi­ento.

¿Cómo se imagina una población que llegue a vivir 150 años?

Me lo imagino como el mundo posterior a la aparición de las vacunas y de los antibiótic­os. Me imagino a abuelos jugando al tenis con sus nietos y siendo miembros activos de la sociedad hasta los 100 años o más, sin necesidad de pasar los últimos años de su vida recluidos en residencia­s. Veo el ejemplo de mi propio padre, que toma lo mismo que yo y que, con 78 años, ha empezado una nueva profesión y hace rafting y escalada. Ante la idea de estar jubilado y enfermo o tener la energía suficiente como para comenzar una nueva profesión o hacer deporte activo, creo que la mayoría de las gente elegiría esta última opción. ●

Para saber más: Conferenci­a Top Science to Society-Aging, www.food.imdea.org/TopScience­toSociety.

TOMO UN ANTIDIABÉT­ICO QUE ESTIMULA LA LONGEVIDAD Y PROTEGE DEL ALZHEIMER, LA HIPERTENSI­ÓN Y EL CÁNCER”. LAS SIRTUINAS, AL ESTIMULARL­AS, DESACTIVAN GENES QUE ACELERAN EL ENVEJE CIMIENTO”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain