EL AFÁN DE SABER
Al terminar de leer este impresionante retablo biográfico, es inevitable preguntarse por qué Concepción Arenal, una de las mejores cabezas del siglo XIX, según la autora, sea una desconocida de la que apenas recordamos su frase: “Odia el delito y compadece al delincuente”. La profesora Anna Caballé, movida por el mismo afán de saber que mueve a su protagonista, ha dedicado cinco años a indagar en esa vida y la ha sacado a la luz, en toda su intensidad, como un trozo de metal que se extrae de la tierra.
Mientras pasea por sus calles, la autora nos sumerge en el Ferrol Vello de comienzos de siglo, donde Conchita crece en una familia de nobleza rural y militares. Reservada y reflexiva, díscola y arrogante, con una ambición intelectual “inédita en las jóvenes a las que trata y de las que se sentirá lejana”, casa como tantas y como tantas enviuda joven. Y la vemos en Potes o en Gijón, con sus dos niños, escribiendo, pensando y trotando por el monte, escandalizando a los aldeanos que chismorrean que esos pantalones bajo las faldas son más propios de una loca que de una mujer. Caballé sentencia: “Tenía un proyecto demasiado definido y radical para no resultar incómodo, especialmente a otras mujeres que estaban a años luz de su activísima mente”.
Militante de la caridad junto a su fascinante amiga, Juana de Vega, viuda de Espoz y Mina, es nombrada visitadora de prisiones y comprueba el maltrato que padecen los presos. Esa experiencia la traslada a sus obras, Manual del visitador del pobre y El visitador del preso, donde propone la reforma de las cárceles y asilos. La gran biografía de una mujer austera, solitaria y sensible, que logró sacar adelante su enorme talento de la única manera posible, zafándose de su condición femenina. ●
Concepción Arenal. La caminante y su sombra. Anna Caballé, Taurus.