Todo sobre mi madre

“Es muy difícil para mí describir en solo unas líneas todo lo qué he aprendido de mi madre. Empezaré por lo segundo, lo que he aprendido como chef. Lo primero, el respeto a la temporada, al productor, al producto, al trato del mismo y al cliente. Se tiene que valorar por igual un kilo de cebollas que un kilo de las mejores gambas del Maresme. Y lo más valioso que he aprendido como hijo es la honestidad. Hay que ser muy honesto en la vida; no mentir; preguntar mucho, porque si se pregunta solo se es ignorante una vez. Y también me ha enseñado que todos somos iguales, tengamos más o menos; que nunca hay que juzgar a nadie, porque no sabes realmente a quién tienes delante. Mientras escribo, me doy cuenta de lo mucho que sus palabras me han calado”.