¿No pierdes grasa?
1. Entrena la fuerza.
El primer punto que debemos tener claro es realizar un enfoque adecuado a la hora de adelgazar. Para ello, nuestro objetivo debe ser la pérdida de grasa y no la de peso en sí misma. De hecho, puede darse la situación de que estemos perdiendo grasa y no estemos perdiendo peso, al tiempo que vemos cómo se reduce nuestro volumen corporal. Si esto sucede es que vamos bien encaminados, ya que paralelamente estaremos desarrollando nuestra masa muscular. Eso es positivo, porque un músculo más tonificado eleva el metabolismo, combatiendo la ralentización que provoca el déficit calórico.
2. Entrena HIIT.
Está científicamente demostrado que es el método mas efectivo para quemar grasa. Se basa en incrementar la intensidad, por ejemplo, haciendo sprints de unos 30 segundos de duración en las sesiones de running, ciclismo o al nadar. Este método se diferencia de otros en el impacto que provoca en nuestro metabolismo una vez ha terminado el ejercicio: ejercitándonos de esta manera, el gasto calórico que realizamos para recuperarnos del esfuerzo se eleva en las horas posteriores a la sesión de ejercicio. Además, este exceso de gasto se centra más en las grasas a medida que vamos acumulando entrenamientos en formato HIIT.
3. Varía tu entrenamiento.
Un programa que es efectivo al principio puede dejar de serlo porque nuestro organismo ha ido optimizando su funcionamiento a través de adaptaciones. Al final, esos 40 minutos corriendo tres veces por semana que te permitían ir perdiendo grasa, en cuatro semanas pueden dejar de funcionar, por lo que ir modificando las estrategias cada cuatro o cinco semanas puede ser una buena opción. ●