ABC - Mujer Hoy

CARA DELEVINGNE

Nos encontramo­s en Londres con una de las modelos más célebres del mundo para hablar de aventuras vitales, animales salvajes y cómo su vida ha cambiado en los últimos cinco años.

- Por LAURA REQUEJO

Lo más importante del viaje no es el destino. Para

Cara Delevingne, top singular, millennial con pedigrí, celebrity estratosfé­rica, cantante en sus (pocos) ratos libres y actriz en ciernes, lo que cuenta es la experienci­a, la intensidad de las sensacione­s y las vivencias y la sabiduría que se acumulan por el camino. Y eso, como bien saben los miembros de su generación, no se encuentra en cualquier parte.

Cara ha dado con ello en el corazón de África, en la reserva Dinokeng Game, a una hora en coche al nordeste de Johannesbu­rgo. Allí se ha medido por fin con su animal espiritual, su signo del zodiaco, el espíritu salvaje que insufla fuerza en su interior y que la acompaña a todas partes dibujado en tinta sobe la piel de sus dedos: el león. “Es un ser impresiona­nte. Es todo fuerza y coraje. Destila calma y poder al mismo tiempo. Y, cuando te enfrentas a su mirada, es imposible leer su alma”, asegura.

Precisamen­te, mirar a una de estas magníficas bestias directamen­te a los ojos en plena libertad es un sueño que ha cumplido con TAG Heuer, la firma suiza de relojes de lujo de la que es embajadora desde 2015. “Me permiten hacer cosas tan impresiona­ntes que casi no me puedo creer que sean parte del trabajo”, asegura con entusiasmo. La última de esas oportunida­des únicas ha sido posar con un león para su última campaña en el Wildlife Sanctuary que Kevin Richardson, el activista y defensor de la vida salvaje conocido como El Encantador de Leones, ha fundado en esta zona remota de Sudáfrica para asegurar la superviven­cia de esta especie en libertad.

La mirada del depredador

Desde luego que Don’t crack under pressure (no te rompas bajo presión), el lema de la casa relojera, adquiere otro significad­o cuando tras de ti hay un depredador de 200 kilos capaz de arrancarte la cabeza de un zarpazo. Porque sí, el león que aparece en las bellísimas fotos en blanco y negro junto a Delevingne se llama Vayetse, tiene 10 años y estuvo de verdad ahí todo el tiempo, apenas a unos metros; permaneció constantem­ente, eso sí, bajo la estricta supervisió­n de Kevin Richardson.

Razones para asustarse había, desde luego. Como explica David Yarrow, el fotógrafo experto en vida salvaje que se convirtió en artífice de las imágenes de la campaña, “el león es un animal impredecib­le, pero también se aburre con facilidad. Sobre todo, cuando

“Cuando te enfrentas a la mirada de un león es imposible leer su alma”.

tiene el estómago lleno. Después de comer, este animal suele retozar durante horas. Para conseguir la instantáne­a que buscábamos, tuvimos que trabajar con él cuando todavía no se había alimentado”.

Un cambio de rumbo

Así que Cara tenía a su espalda a un rey de la selva bastante hambriento. “Podía sentir su aliento en mi cuello. Aunque no fui consciente de lo cerca que lo tenía hasta que vi los vídeos. Pero estaba tan emocionada que no me dio tiempo ni a tener miedo”, asegura la top, que también se ha encargado de diseñar toda la idea de la campaña, desde el viaje al corazón de África al look de maquillaje felino que creó en colaboraci­ón con la makeup artist Molly Stern. El resultado se presentó en Londres hace unas semanas. Y Cara tuvo la oportunida­d de contar su versión de una aventura “que no voy a olvidar nunca” mientras se subastaba una de las fotografía­s originales en la prestigios­a Maddox Gallery de Notting Hill. Se pagaron casi 300.00 € para poseer un instante de felicidad absoluta en la vida de esta hija de alta

sociedad británica con vizcondes, baronets e incluso alcaldes de Londres entre sus familiares directos.

En persona, Delevingne no es inmensa como otras modelos de pasarela. En comparació­n parece menuda, como un hada traviesa. Pero su mirada denota que ahora está más centrada, mas adulta. Su presencia es firme y demuestra que la modelo ubicua de hace un lustro es ahora un mujer segura de sí misma que sabe muy bien lo que quiere. Porque cuando se inició en la moda hace 10 años, apenas había cumplido los 16 y lo hizo sin expectativ­as. No imaginaba que iba a vivir una explosión fashion de dimensione­s planetaria­s. En la década que ha transcurri­do desde

“Estaba tan emocionada de estar junto al león, que no me dio tiempo a tener miedo”.

que su hermana Poppy (it girl mucho antes del boom de las influencer­s) la convencier­a para probar, ha pasado por todo. Ha sido reina de las pasarelas (a pesar de su 1,73 m de estatura), rostro omnipresen­te, objeto de persecució­n de los paparazzi...

Pero también la inspiració­n de toda una generación que han encontrado en su Instagram (con 41 millones de seguidores) las imágenes, las frases, los desaliento­s y los consejos que les sirven para seguir con sus vidas.

Por el camino Cara se ha ido deshaciend­o de todo lo superfluo. Ya no desfila, ha dejado de estar en todas partes y ha levantado un muro entre su vida personal y el resto del mundo. Solo presta su imagen a proyectos que encajan en su filosofía. Como plantarse ante un león para vivir “la experienci­a más impresiona­nte” de su vida. ●

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 ??  ?? Dos de las fotografía­s tomadas por David Yarrow para la campaña de TAG Heuer. En la foto superior puede apreciarse el tatuaje con la imagen de un león que lleva la modelo en el dedo.
Dos de las fotografía­s tomadas por David Yarrow para la campaña de TAG Heuer. En la foto superior puede apreciarse el tatuaje con la imagen de un león que lleva la modelo en el dedo.

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