ENSEÑA LOS DIENTES
¿Quieres mostrar la mejor de tus sonrisas? En verano tampoco descuides tu boca. Extrema los cuidados y vigila tu dieta para lucir una dentadura de anuncio.
Refrescos y alcohol, a raya. Las vacaciones son sinónimo de excesos. Con el relax y el calor, las bebidas carbonatadas se convierten en una tentación a la que es difícil sustraerse, pero hay que intentarlo, porque disuelven el esmalte. Si no puedes resistirte, usa mejor una pajita. Y lo mismo pasa con el alcohol, que ha de tomarse siempre con moderación, pero mucho más si tienes en alta estima tu dentadura. “Consumido
Estamos deseando pasar página y dejar atrás las mascarillas. Pero lo bueno de haber ocultado parte del rostro durante estos meses es que ha aumentado el cuidado bucodental, según el odontólogo Carlos Saiz. “Mucha gente ha tomado conciencia de la importancia de una buena higiene. Y se ha incrementado la demanda de tratamientos estéticos, como ortodoncias o carillas, pues pasan más desapercibidos”. Si ha sido tu caso, no lo estropees ahora.
de forma habitual seca la boca, desgasta el calcio de las piezas dentales, produce mal aliento y, además, está considerado como un factor de riesgo del cáncer de boca”, puntualiza Saiz.
Controla los cítricos.
“El verano invita a consumir frutas y alimentos más refrescantes. Algunos de ellos contienen ácido, que puede erosionar el esmalte de los dientes, provocando así la aparición de caries e incrementando la sensibilidad dental”, advierte Manuela Escorial, odontóloga de Sanitas Dental.
A buena temperatura.
“Helados y bebidas con hielo están a la orden del día en agosto, pero pueden causar sensibilidad cuando se toman alternándose con alimentos calientes. Para evitarlo, el odontólogo Iván Malagón recomienda que los dientes se aclimaten para que no sufran estos cambios bruscos. “Además, el yogur, el queso, la leche, los huevos, carnes de vaca, pollo y pescado, así como las frutas, verduras y hortalizas favorecen la absorción del calcio necesario para evitar esa hipersensibilidad dental”, añade.
Máxima limpieza.
Chiringuito, picoteo con los amigos... y sobremesa. Es tiempo de disfrute, ¿pero qué te cuesta llevar en el
bolso un minikit de limpieza para cepillarte los dientes inmediatamente después del almuerzo o de la cena? Si no quieres que se acumule placa bacteriana ni empezar con problemas gingivales, no te saltes este gesto básico. En el caso de que se te haya olvidado el cepillo en casa, al menos, debes enjuagarte la boca varias veces, según señalan los profesionales.
Deporte sin daños colaterales.
Hay quien en verano decide ponerse en forma, lo cual está bien, pero Malagón alerta de algunas prácticas que dañan los dientes. "Con el calor aumenta el sudor y la deshidratación. Si no repones los electrolitos con la ingesta de agua, las mucosas de la boca se secan, lo que afecta a las encías, pues al disminuir la oxigenación pierden protección. Además, respirar por la boca merma la producción de saliva, nuestra gran aliada frente a las bacterias". No abusar de las bebidas isotónicas, con un alto contenido en azúcares, y llevar un protector bucal si vas a practicar deportes de contacto, como el vóley playa, son otras de sus recomendaciones. Y si pasas mucho tiempo en la piscina, ten en cuenta que el cloro provoca la acumulación de sarro, por lo que necesitarás una visita al dentista a la vuelta de vacaciones.
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