DOLORES REDONDO
La escritora de tormentas La autora de la trilogía del Baztán hablará sobre cómo se cuentan las historias y el punto donde se encuentran la literatura y lo audiovisual.
“NO QUIERO REPETIRME, BUSCO SIEMPRE SORPRENDER”
Hace 10 años, Dolores Redondo cruzó el puente de Txokoto (sobre la presa del río Baztán a su paso por Elizondo). Buscaba un pueblo en el que situar una novela basada en una noticia real sobre el asesinato de una niña por parte de una secta. Y se adentró en un bosque mitológico (y con ella, millones de lectores), que sigue presente en su nueva vida de viajes y premios. El último, el Príncipe de Viana de la Cultura, del Gobierno de Navarra. La ofrenda a la tormenta que entregó por el éxito de El guardián invisible, y las cinco novelas que la siguieron, fue la capacidad de marcar los tiempos de su vida, que transcurre veloz desde entonces. “No puedo concebir un tiempo antes de la escritura”, dice desde Elizondo, el pueblo al que no dejan de llegar turistas literarios tras las huellas de Amaia Salazar. “Siempre les digo a los vecinos que la primera visita va de mi cuenta, pero si vuelven es gracias a ellos”.
No fue este el primer puente que atravesó. Intentó cruzar el que separa a la hija de un pescador de Pasaia (Guipúzcoa) de los estudios de Ingeniería de Frío Industrial, pero la división no escrita entre estudios de hombres y de mujeres la llevó a la Facultad de Derecho y, después, a una escuela de cocina y a la restauración. Una vida que dejó atrás al mudarse a Cintruénigo, Navarra, al casarse por segunda vez y encontrar otro amor, la escritura, que le ha regalado innumerables amistades entre otros escritores, como el fallecido Domingo Villar, al que dedica su última novela, Esperando el diluvio.
Redondo se resiste a desvelar cómo y dónde transcurrirá su próxima historia. “Me gusta reservarme cosas que sean una sorpresa para el lector. Estoy trabajando en un proyecto de varias novelas; no será una trilogía, sino una saga”. Para ella, la literatura no debe repetirse. “Cervantes y Shakespeare ya nos quitaron todas las buenas ideas y recursos, pero el trabajo del escritor es buscar el modo de contar las pasiones humanas desde otra visión. Intento siempre sorprender”. Sorpresa será ver convertido el pazo gallego en la Ribeira Sacra, donde situó Todo esto te daré, Premio Planeta 2016, en una bodega en la Provenza, en la serie que se rueda en Francia. O la adaptación que el productor David Heyman haga de El lado norte del corazón, ambientada en la Nueva Orleans azotada por el huracán Katrina. “Cuando la escribía era consciente de que seguramente no se podría adaptar [al cine], pero uno ha de ser libre cuando escribe”. Libre, e inconformista ante las desigualdades, las injusticias y el dolor. También con su trabajo como escritora: “Mi lema es que todo se puede mejorar; hay que ir siempre más allá. En cada novela, intento escribir mejor, documentarme más. Se lo debo a mis lectores. Pero, sobre todo, está en mi naturaleza”.