La guerra comercial amenaza el bolsillo de los españoles
Trump quiere gravar un 8% los coches europeos, más dañino para nuestro país que otros aranceles
Los 2.800 millones de euros en aranceles impuestos por la Unión Europea a Estados Unidos están en riesgo de sufrir un «efecto boomerang». Las instituciones comunitarias fijaron desde ayer impuestos del 25% a cerca de 200 productos emblemáticos americanos como respuesta al gravamen al acero (25%) y al aluminio (10%) adoptado por el presidente Donald Trump. Ahora bien, la venganza de la UE con la misma moneda provocará un impacto directo en los precios.
Los consumidores europeos en general y los españoles en particular sufrirán un incremento del coste de los productos ya que, desde ayer, importar desde EE.UU. artículos como los vaqueros Levi’s, las motos Harley Davidson, el maíz dulce, los arándanos, el tabaco y el whisky bourbon es un 25% más caro. «El aumento de los precios lo van a asumir tanto las empresas como los consumidores. Esto se trasladará al margen de beneficio de las compañías», explica Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de España.
Por el momento es imposible cuantificar el impacto económico real de la respuesta de la UE en el bolsillo de los usuarios, aunque las organizaciones y patronales destacan que esta situación «tiene impacto directo sobre la economía». Concretamente, desde la Confederación Española del Comercio (CEC), su secretario general, José Guerrero, remarca que «tendrá repercusión en el precio final», tras lo cual «el comercio intentará buscar soluciones para que el consumidor no se vea afectado».
Un 25% de arancel a los emblemas norteamericanos que revertirá tanto en el beneficio empresarial como en la renta disponible de los españoles. Por ello, la solución se atisba ya en el horizonte: dejar de lado el comercio con Estados Unidos para evitar que impacte en la factura final. «Las empresas buscarán otros proveedores y otros orígenes de los productos. En el mercado nacional y en el comunitario», destaca Mínguez. Una tesis mantenida también por el portavoz de la CEC, que asegura que se verán «obligados a buscar alternativas de mercados y productos fuera del mercado norteamericano».
En cambio, la Confederación Española de Comercio difiere en cuanto a las posibilidades de que sean las compañías y los autónomos quienes puedan asumir parte del coste. Tal es así que, a su pesar, confirman que los consumidores podrían llegar a a ser los grandes perjudicados. «El comerciante ha hecho un enorme sacrificio en sus márgenes en los últimos años para poder ser competitivos y, por tanto, va a tener grandes dificultades para poder absorber este mayor precio», señala Guerrero. En consonancia, el secretario general dice que «en muchos casos no será posible que ellos asuman el coste adicional por la subida en el precio de los productos».
Este aumento de los costes no solo tendrá repercusión en los ciudadanos y las empresas sino también en las relaciones comerciales con Estados Unidos. Una de las consecuencias más relevantes estará en la posible ruptura de la sintonía comercial con el país norteamericano, un socio preferente no solo de España sino de todo el mer-
cado comunitario: en 2017, las relaciones entre territorios de exportaciones e importaciones alcanzaron los 626.000 millones de euros. De esta forma, Estados Unidos se consolida como el principal socio de los Estados miembros de la Unión Europea. Ahora, ese volumen de negocio peligra ante una futura reducción de las cifras. Mínguez pone el foco en que «esto puede dar lugar a una escalada de represalias», con el efecto de que «la demanda de estos productos bajará y España se verá perjudicada en la medida de exportar menos al mercado estadounidense». En general, desde la Cámara de Comercio señalan que la guerra arancelaria hará que «caiga el comercio de la UE» con EE.UU. Una batalla comercial que no ha hecho más que empezar.
Donald Trump concretó ayer el porcentaje de arancel que impondrá a los automóviles europeos en caso de que la UE no recule con sus impuestos a las 200 materias americanas. El presidente norteamericano amenazó con un gravamen del 20% a este sector, de mucha mayor importancia para España que el del acero y el aluminio.
Nuestro país exportó en 2017 automóviles y piezas por valor de 1.134 millones de euros, aunque el agujero en el caso del automóvil sería mucho más grave para Alemania. El país gobernado por Angela Merkel exportó el año anterior productos de este sector con un coste de 30.434 millones, seguidos de Reino Unido con 9.098 millones. De esta forma, escalan las tensiones entre territorios pese a que la UE ya ha ofrecido retirar sus aranceles si EE.UU. hace los propio con el acero y el aluminio.