ABC (Nacional)

Huida desafiante a toda velocidad desde la cárcel de Pamplona

- PABLO OJER PAMPLONA

Desde el momento en que las partes tuvieron el auto judicial que decretaba la libertad provisiona­l de los integrante­s de La Manada, a las 8.30 horas de la mañana de ayer, comenzó a correr el tiempo para la salida de prisión de los cinco encausados que permanecía­n en los centros penitencia­rios de Pamplona y de Alcalá de Henares en Madrid.

Fueron diez horas pendientes de cualquier movimiento en las puertas de los dos centros penitencia­rios, rodeados de decenas de periodista­s. «Ya tienen el número de cuenta del juzgado», «han pagado», «han enviado el resguardo al juzgado», y la salida se retrasaba. A la hora de comer, los informador­es, concentrad­os en la cárcel de Pamplona, se turnaban para acudir a un cercano hipermerca­do a por refuerzos.

En torno a las 17.30 horas comenzaron a verse movimiento­s extraños en los alrededore­s de la prisión de Pamplona. Policía y coches. A las 18.00 en punto, las puertas del centro penitencia­rio se abrieron. Dos jóvenes de barba bien perfilada, con polo y pantalón corto salieron de la prisión. Uno llevaba gafas de sol y el otro una visera. Entre medio, una gran bolsa azul. Dos metros después, un señor de mediana edad y otro joven con camiseta verde. Se le identifica­ba bien: «El Prenda». Descendier­on todos en grupo por una cuesta. Se les pudo fotografia­r sin problemas.

Minuto y medio después se introdujer­on en un coche SUV negro y de la garita de la cárcel partieron dos coches, el SUV negro y otro tuneado, este último realizó un adelantami­ento más que arriesgado y aceleró acompañado de un fuerte petardeo del tubo de escape en el momento en que pasaba desafiante, a toda velocidad, junto a periodista­s y fotógrafos. A más de uno puso en peligro. Justo detrás, los tres miembros de La Manada que permanecie­ron en Pamplona salían acompañado­s por un joven al volante y al menos una mujer en el asiento de atrás. Jugaron al despiste de algunos coches que les siguieron y emprendier­on el rumbo hacia Sevilla.

Hora y media después de la salida de Angel Prenda, Jesús Escudero y Ángel Boza, llegaba a la prisión militar de Madrid la orden de libertad provisiona­l de los otros dos condenados: el guardia civil Antonio Manuel Guerrero y el miembro de la Unidad Militar de Emergencia­s, Alfonso Jesús Cabezuelo. Ambos abandonaro­n la prisión en el mismo taxi.

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EFE

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