Juan «el Canuto», investigado por abusar de tres de sus 30 hijos
Un juzgado de Guadix intenta aclarar si es el padre de algunas de sus nietas
Juan «el Canuto» podría ser el padre de algunas de sus nietas. Esta hipótesis es la que trata de esclarecer ahora el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Guadix, después de que esta semana la Junta de Andalucía le retirara la tutela de 13 de los 30 hijos que ha tenido con las cuatro esposas con las que convive. Este gitano, afincado en el municipio granadino de El Marchal, está siendo investigado por un presunto delito de abusos sexuales contra al menos tres de sus hijas menores.
La investigación arrancó el pasado año, a raíz del testimonio de una de las niñas en su centro escolar. La confesión encendió las alarmas y se activó el protocolo previsto para estos casos, si bien, según algunas fuentes, la situación se conocía desde hace lustros. Después de que un informe de credibilidad avalara el relato de la menor, la Fiscalía emprendió una causa por los posibles abusos y el maltrato al que habría estado sometida ella y algunas de sus hermanas. Estas podrían prestar declaración, si el informe de credibilidad también resulta positivo en su caso.
Las tres se encuentran ahora bajo la tutela de la Junta de Andalucía, que también está al cargo de otros diez menores, los cuales se encuentran repartidos por distintos centros y casas de acogida. Todos ellos tienen edades comprendidas entre los 5 y los 12 años y estudiaban en colegios de El Marchal y de Guadix. No se ha detectado un problema de absentismo, pues acudían a la escuela con regularidad, pero sí presentaban déficit de higiene. Según consideran los Servicios Sociales autonómicos, esta retirada se ha efectuado por la supuesta falta de cuidados por parte del progenitor, que se encuentra en libertad provisional.
Juan Manuel H. H., de unos 60 años, ha convivido en este municipio con dos de sus cuatro mujeres –las otras dos se encuentran en Castilla-La Mancha– y buena parte de la treintena de niños que ha tenido. El Canuto presumía de su prole y de no haber trabajado jamás, más allá de hacer canastos de mimbre: «Yo no sé lo que es trabajar». Aunque, eso sí, echaba «una mano» a sus esposas en las tareas domésticas de las cuevas donde residen, si bien les tenía prohibido a sus hijos varones que barrieran.
Ahora, el Canuto afirma que se gana la vida «honradamente», aunque los vecinos creen que se mantiene gracias al trabajo de sus hijos en el campo. Él ha negado en sede judicial las acusaciones de abusos sexuales.