El discípulo aventajó al maestro
La pinacoteca confronta los trabajos de estos precursores del impresionismo
El encuentro entre un adolescente Claude Monet, de 15 años, y Eugène Boudin, dieciséis años mayor, tuvo lugar en 1856 en la papelería Gravier de El Havre (Normandía). Monet era, por entonces, un prometedor caricaturista. Boudin, que había trabajado como papelero y enmarcador y llevaba ya una década como pintor, le dijo: «Veo siempre con placer sus dibujos; son divertidos, atrevidos y brillantes. Está dotado, se ve. Pero espero que no se quede ahí. Está muy bien para empezar, pero no tardará en cansarse de las caricaturas. Estudie, aprenda a mirar y a pintar, dibuje, haga paisajes». Pese a tan sabios consejos, el entusiasmo no fue mutuo, pues a Monet sus marinas le parecían «repugnantes».
Con el tiempo, la cosa cambió: «Se me abrieron los ojos. Con una bondad inagotable, Boudin se hizo cargo de mi educación», confesaba Monet. Maestro y discípulo comenzaron a pintar juntos al aire libre, pese a la reticencia de la familia Monet por la condición social del maestro: su padre era marinero y su madre limpiadora. En una de sus salidas al campo se encontraron en Sainte-Adresse con un hombre que les felicitó por su audacia. Se despidió diciendo: «Soy Théophile Gautier, el poeta que no consiguió ser pintor».
De Vétheuil a Étretat
Ambos artistas franceses se enfrentan, cara a cara, en el Museo Thyssen en una exposición. Del centenar de obras expuestas, entre el 75 y el 80% nunca se han visto en España, explica el comisario, Juan Ángel López-Manzanares. Uno, Boudin, es prácticamente desconocido en nuestro país. El otro, Monet, celebérrimo en todo el mundo y uno de los más cotizados en el mercado. Se lo rifan coleccionistas y museos. La National Gallery de Londres exhibe en estos momentos sus geniales «arquitecturas».
La muestra del Thyssen se abre con una acuarela de Boudin en la que uno de los personajes retratados se cree que es Monet y un dibujo de éste que se considera un retrato de Boudin. Bretaña y Normandía, adonde peregrinaron los impresionistas siguiendo al pope del grupo (Monet), centran los paisajes que pueblan las salas del Thyssen: las playas y los muelles de Trouville, el casino de Deauville, el Sena a su paso por Vétheuil, los acantilados de Étretat... Entre las obras expuestas, la primera pintura conocida de Monet, «Vista de los alrededores de Rouelles» (1858). A su