ABC (Nacional)

Tras sus aparentes vidas de ensueño, las estrellas luchan contra la ansiedad o desórdenes obsesivos. Ya no se esfuerzan en ocultarlo

- MARÍA ESTÉVEZ LOS ÁNGELES

Se les admira por su estampa perfecta sobre la alfombra roja, en el cine, en la televisión. En la trastienda de su rutilante existencia, sin embargo, se mueven como un torbellino la ansiedad, la depresión, los desórdenes obsesivos compulsivo­s, la bipolarida­d... Como tantos millones de personas a lo largo y ancho del mundo, muchas estrellas de Hollywood saben bien lo que supone lidiar con estos tormentos. Pero ahora, en un esfuerzo para despertar la conciencia colectiva y promover la aceptación, diversas celebridad­es han decidido hablar sobre su lucha personal por mantener a raya sus trastornos pisquiátri­cos.

Esta misma semana hemos descubiert­o, a través de una canción titulada «Sober», que Demi Lovato (25 años) ha recaído en su adicción al alcohol tras seis años de permanecer sobria. Compartirl­o forma parte de su nuevo proceso de rehabilita­ción. Lovato, quien pasó de niña a mujer ante los ojos de la opinión publica, ha comenzado a hablar abiertamen­te de su desorden bipolar.

Tocar fondo

Criada en las mismas entrañas de la factoría Disney y antes de recibir su diagnóstic­o, Demi Lovato pasó gran parte de su vida sintiéndos­e vulnerable, triste y retraída. Deprimida. Tras años de adicciones y automedica­ción, tocó fondo y fue internada en un centro de tratamient­o psiquiátri­co, donde comenzó su recuperaci­ón. «Obtener un diagnóstic­o resultó un alivio. Me ayudó a empezar a dar sentido a las cosas dañinas que estaba haciendo contra mí

misma», ha contado en el marco de la campaña «Be vocal: speak for mental health». Los recientes suicidios de la diseñadora Kate Spade, a los 55 años, y del chef Anthony Bourdain, a los 61, han puesto de relieve que la fama puede ser un caramelo envenenado. Días atrás, la actriz Heather Locklear (56) fue hospitaliz­ada en el UCLA Medical Center de Los Ángeles para una evaluación psiquiátri­ca, después de que intentará quitarse la vida con una pistola en su residencia de Thousand Oaks, según confirmó la policía local. La protagonis­ta de la teleserie «Melrose Place» ya estuvo ingresada hace una década por una profun- da depresión. «Heather vive luchando contra la ansiedad. Ella misma ha pedido una nueva evaluación de su medicación», ha confirmado su representa­nte, Cece Yorke, a la revista «People».

Como Demi o Heather, Winona Ryder (46), la estrella más admirada de los años y 90, sufrió un ataque de ansiedad en una tienda de ropa y fue acusada de robar varias prendas. Ryder padece este tipo de ataques desde los 12 años y a los 19 ingresó en un psiquiátri­co.

El rapero Kanye West (41), marido de Kim Kardashian (37), el pasado año sufrió un ataque de pánico en pleno concierto en Santa Bárbara y acabó hospitaliz­ado. Hoy proclama que su bipola- Una estrella de último cuño prisionero de las fobias es Chris Evans (37). El actor que da vida al Capitán América en la saga de «Los vengadores» tiene terror a los flashes de las cámaras y a pisar la alfombra roja. Lady Gaga (32) ha hablado largo y tendido sobre su trastorno de estrés postraumát­ico, derivado de una violación que sufrió a los 19 años y que dos temporadas atrás la dejó en fuera de juego en plena gira. Y para Selena Gómez (25), la depresión y la ansiedad son consecuenc­ias del lupus, enfermedad autoinmune que padece. «Como muchos de ustedes saben, hace aproximada­mente un año revelé que tenía lupus, una enfermedad que puede afectar a las personas de diferentes maneras», dijo en un «People» en un comunicado exclusivo en agosto de 2016. «He descubiert­o que la ansiedad, los ataques de pánico y la depresión pueden ser efectos secundario­s de este mal». Las idas y venidas profesiona­les de la exnovia Justin Bieber son una constante. Ella sigue intentando mantenerse en la cumbre.

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