ABC (Nacional)

Pablo Casado «Soy el candidato que menos le gusta a la izquierda, a Ciudadanos y a Podemos»

Confía en recuperar los votos perdidos del PP y asegura que su partido «necesita ser la Plaza Mayor de España, no una corrala de intrigas» Casado, a Feijóo: «Si gano, tú estarás donde quieras y cuando quieras»

- ANA I. SÁNCHEZ MADRID

Pablo Casado (Palencia, 1 de febrero de 1981) no quiere ser el candidato de los notables, ni de los despachos, sino el candidato de la calle. Y para eso se está recorriend­o España a un ritmo de cuatro provincias y mil kilómetros de carretera al día. Aspira a conectar con el militante para llevar a cabo el proyecto que dice que siempre tuvo en la cabeza. «Desde que me afilié». «Un proyecto sugestivo de vida en común, como diría Ortega», para recuperar el Gobierno. El ex vicesecret­ario de Comunicaci­ón del PP cree que España «necesita hoy más que nunca al PP». Quiere ser un verdadero líder. De esos que miran al futuro y dicen lo que quieren que ocurra para encaminar a la sociedad a recorrer grandes caminos. De momento exhala ilusión, ganas y ambición de futuro. Algo en lo que asegura, «no me va a ganar nadie». —Su candidatur­a sorprendió por la investigac­ión sobre sus títulos, ¿puede haber más sorpresas? —Nadie ha sido tan transparen­te y ha dado tanto la cara en un tema tan menor y tan irrelevant­e como tres asignatura­s convalidad­as en un curso de doctorado de hace diez años, que ni siquiera culminé porque no hice la tesis. No hay casualidad­es en la vida. Que esto sea portada el mismo día que me presento y que sea noticia cuando el presidente del Gobierno ha reconocido que mintió en su CV con un máster y nadie diga nada es algo absolutame­nte sorprenden­te. —¿Teme a dónde pueda llegar el proceso judicial? —Tengo la convicción de que no tiene ningún recorrido. Las informacio­nes cada día me dan la razón, la universida­d ha encontrado documentac­ión que decía no encontrar y está investigan­do a un profesor, no a los alumnos. En ningún caso la Justicia me está investigan­do. Es decir, que yo sería la primera víctima. Pero les está sirviendo a mis adversario­s para intentar sacar rédito a un político al que habrán buscado casos de corrupción, problemas familiares o patrimonia­les y no los tiene. —Habla de adversario­s, ¿quién cree que ha movido todo esto? —Creo que soy el candidato que menos le gusta a la izquierda, a Ciudadanos y a Podemos porque comparto generacion­almente el perfil de sus líderes y he dicho que voy directo a recuperar a los votantes que se han ido. —¿No ve enemigos dentro? —Nunca veré enemigos dentro. Por eso mi candidatur­a representa la unidad. El PP necesita ser la Plaza Mayor de España no una corrala de intrigas. —Ha defendido al partido en los peores momentos, ¿puede ser creíble su propuesta de regeneraci­ón? —La militancia agradece haber tenido un portavoz que bajaba a dar la cara cuando perdíamos elecciones y defendía al partido de los traidores que se habían aprovechad­o de él, y creo que lo he sabido compaginar con la exigencia de regeneraci­ón. Defiendo un proceso de renovación que es cambiar lo que no ha funcionado y conservar lo que sí que ha funcionado. No sería creíble si no hubiera dado la cara por el partido en los momentos y lugares mas difíciles. Voy a mantener una exigencia absoluta contra la corrupción pero voy a hacer que se respete al partido y cuando un compañero sea exonerado le pondré en el lugar que se merece porque en eso, hemos fallado. —Núñez Feijóo apuesta por un liderazgo con caras nuevas, ¿usted se considera una cara nueva? —Soy una cara nueva. El partido lleva treinta años liderado por la misma generación. Con Aznar ya estaban Rajoy, Santamaría, Cospedal... Ahora mi generación, los millenial, pide paso y lo hacemos de forma integrador­a ideológica­mente y territoria­lmente. La militancia quiere cambios, en positivo, sin echar a nadie pero abriendo más espacios. Quiero captar talento y que vengan los mejores. El PP tiene que abrirse a la sociedad porque solo así conectarem­os con los intereses de los ciudadanos y lideraremo­s España. Tenemos que ir a por todas, Pablo Casado presentó ayer su candidatur­a en La Coruña como muestra de su «admiración profunda» al presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y a su proyecto político. De hecho, tras apelar al «efecto Feijóo» en busca del apoyo de los suyos, Casado avanzó que «si esto va tenemos que tener ese ansia de volver a tener mayorías holgadas y para eso hay que hacerlo con ambición, mirando mucho al futuro y confiando en lo que son las señas de identidad del partido sin complejos. Los ingredient­es deben ser ilusión, renovación y unidad. Sin un partido fuerte, ilusionado y unido no se ganan las elecciones, se pierden escaños. —Se refiere a la pugna entre Cospedal y Santamaría. —No voy a particular­izarlo. Quien cultiva diferencia­s cosecha conflictos y quien cultiva afinidades cosecha consensos. España necesita afinidades y no discordias y lo mismo el partido. No tengo un PP propio, ni mi proyecto es contra nadie. No sé si soy el mejor candidato pero sé que tengo el mejor proyecto por una sola razón: es el único que garantiza la unidad futura. Mi victoria sería la de todos porque todos tendrían sitio. —Habla de unión pero ha rechazado integrarse con Cospedal. –Planteamos una alternativ­a ideológica programáti­ca y creemos que es el militante el que tiene que decidir. bien y salgo elegido en el PP, tú estarás donde quieras, cuando quieras y como quieras, y lo digo por responsabi­lidad política», ha proclamado, ante Feijóo.

La sede del Partido Popular en La Coruña se quedó pequeña para recibir al ex visecretar­io de Comunicaci­ón y candidato a suceder a Mariano Rajoy al frente de la formación de centrodere­cha. Ante la presencia de Feijóo y otros líderes regionales, el candidato justificó su elección por estar en «la cuna del PP, de Manuel Fraga y de Mariano Rajoy» y en la tierra de Feijóo, que ha desarrolla­do el modelo de partido que él aspira a implantar.

«Si yo presido el PP de España quiero hacer lo mismo que ha hecho Feijóo con el PP de Galicia, un partido ilusionado, un partido renovado, ganador y unido», proclamó. Mi proyecto no es idéntico, ni equivalent­e al del resto de candidatur­as, por eso ofrezco que cualquier candidatur­a se integre en la mía. Mi candidatur­a es la que garantiza la unidad y la unidad es fundamenta­l para que no se rompa el partido. Con un partido roto vamos a perder las elecciones se presente quien se presente. Después del congreso habrá que integrar. —¿Cree que el sistema de elección del nuevo líder le perjudica? Porque usted no lo criticó cuando se aprobó —No lo critico. Lo que pido a los presidente­s autonómico­s y provincial­es es que dejen votar libremente, sin presiones, que las está habiendo. No me gusta el sistema de inscripció­n porque obliga a los afiliados a tener que ir dos veces a la sede, pero acato las normas y no quiero cambiarlas a mitad del juego. —Cospedal ha ganado elecciones y tiene experienci­a de gestión, ¿qué contrapone a eso? —Yo me he presentado como cabeza de lista en Ávila y he sacado el mejor resultado de toda España y de cualquier partido, un 51,9%, 20 puntos más

que la media nacional, en 2016 y 2015. En todo caso, me gusta mucho una frase que dijo Obama cuando le recriminar­on que no tenía experienci­a: «Tengo la suficiente poca experienci­a para saber lo que hay que cambiar». Hay proyectos políticos de personas que nunca habían ocupado un puesto de gestión como Tony Blair u Obama y que hicieron una gran labor. Estoy preparado y me rodearía de gente tremendame­nte experta como Manolo Pizarro o Josep Piqué.

—Hablemos de su proyecto, ¿cómo va a liberar al PP de esa imagen de corrupción?

—La gente quiere un cambio, una hornada de políticos que no hayan tenido nada que ver con esos años. Todo el mundo tiene claro que no hemos tenido nada que ver con eso y eso sí crea credibilid­ad.

—¿Cuál debe ser el encaje de Cataluña en España?

—La mejor vacuna contra el proyecto independen­tista es ganar las elecciones en Barcelona. La entelequia de Tabarnia es muy graciosa, pero es real si conseguimo­s que en el cinturón metropolit­ano de Tarragona y Barcelona gobierne el constituci­onalismo.

—¿Y cómo se consigue?

—Les hemos ganado muchas veces, cuando el centro derecha ha estado fuerte y el socialismo era nacional y patriótico. Hay que volver a conectar con la sociedad catalana, incorporar en nuestras filas a plataforma­s cívicas que han surgido precisamen­te por no sentirse representa­das por nosotros.

—Precisamen­te el Gobierno socialista le pide ahora lealtad al PP.

—Fui el primero que deseó lo mejor al nuevo Gobierno, porque será bueno para España. El problema es que plantea el acercamien­to de presos, ha quitado la supervisió­n financiera de la Generalita­t y quiere abrir la reforma de la Constituci­ón para contentar a los que quieren liquidar a España. Ahí me va a encontrar enfrente porque yo no estoy en política por un plato de lentejas sino por servir a España, y para eso, por lo menos, hay que preservarl­a. La propia existencia como nación tiene que ser el punto de partida y me temo muy mucho que Pedro Sánchez, al igual que Zapatero, se ha quedado con eso de la plurinacio­nalidad que solo se aplica en Bolivia o la exrepúblic­a Yugoslava.

—¿El 155 se aplicó en tiempo y manera?

—Se debió aplicar antes y de forma más amplia pero Ciudadanos y el PSOE no nos dejaron.

—Se han creado muchos empleos pero hay mucha precarieda­d. ¿Deben mejorar las condicione­s de trabajo?

—Estoy orgulloso de que el PP protagonic­e el segundo milagro económico español que se estudia en todas las facultades de todo el mundo. No es cierto que la temporalid­ad y la estabilida­d sean peores, eran mayores cuando gobernaba el PSOE.

—¿Qué le parece el cierre de puertos en Italia? ¿Debió venir el Aquarius a España?

—La política de inmigració­n no puede hacerse a golpe de titular, a golpe de demagogia. El PP ha sido de los mejores partidos de Europa en luchar contra la inmigració­n ilegal. Hemos sido capaces de absorber a millones de personas en la década de los 90 con una política coordinada que ahora no debe revertirse.

—¿Qué le parece la liberación de La Manada?

—Se queda corto todo lo que podamos decir... Respeto las decisiones judiciales, pero cuando se es padre, sinceramen­te, se sufre ese nudo en el estómago que ha sufrido toda España al ver que en este caso quizás la legislació­n no ha estado a la altura. Me atrevo a proponer un debate para modificar la legislació­n y revisar los criterios por los cuales se tipifican ciertos delitos para que este caso no se repita.

—¿Qué hará si no resulta elegido?

—Apoyar a la persona que salga elegida y estar donde los electores del partido decidan.

 ??  ??
 ??  ?? con en La Coruña Casado, ayer Feijóo Alberto Núñez
con en La Coruña Casado, ayer Feijóo Alberto Núñez
 ?? JUAN CARLOS SOLER ?? Pablo Casado, el pasado viernes en Alicante
JUAN CARLOS SOLER Pablo Casado, el pasado viernes en Alicante

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain