Harry, sobre su padre
Charles Philip Arthur George, Príncipe de Gales, Duque de Cornualles, Duque de Rothesay, Conde de Carrick, Barón de Renfrew, Conde de Chester... tenía 4 años cuando murió su abuelo Jorge VI y su madre ascendió al Trono, a la edad de 25. Al año siguiente, Carlos observó con su abuela y su tía, la difunta Princesa Margarita, cómo Isabel fue coronada.
Para sus detractores, ha sido una bendición que la Reina Isabel haya gozado siempre de un salud de hierro. «Francamente, tenemos mucha suerte de que no haya sido rey, porque mientras que la Reina ha sido la monarca más ejemplar y ha mantenido a la monarquía en la estima de la gente, creo que
Carlos la socavaría», sostiene Tom Bower, autor de «Rebel Príncipe», una biografía no autorizada. Sus críticos le definen como un hombre arrogante y débil y amante del lujo. Sus últimos viajes al extranjero han sido los más caros de la Familia Real.
Los que cierran filas en torno a él arguyen –y no sin razón– que cuando uno está en el ojo público es muy fácil ser criticado. El secretario de comunicación de la Reina de 1998 a 2001, Simon Lewis, se refiere a él como un hombre lleno de entusiasmo, comprometido y con un «malvado sentido del humor». «Si eres una figura pública... si pones tu cabeza sobre el parapeto, entonces recibes críticas», asegura Lewis en declaraciones a Reuters.
Amigos y enemigos coinciden en que no actúa con dobleces y se deja llevar demasiado por los impulsos. Si algo no le gusta, no va a esforzarse en ocultarlo y poner buena cara. Durante un almuerzo en su casa campestre de Highgrove, abandonó a sus comensales después de que uno de ellos hiciera un comentario que le desagradó.
De la mañana a la noche
El día a día del Príncipe Carlos comienza con un desayuno a base de té con miel y pan de hierbas, se salta el almuerzo, y termina cerca de la medianoche, todos los días. «Necesita frenar un poco, cena demasiado tarde y después regresa a su despacho y se queda dormido sobre los papeles», relata su hijo Harry en el documental. El hijo pequeño, fruto de su tormentoso matrimonio con Lady Di, también le ha dado las gracias en el documental por acompañar a su mujer, la estadounidense Meghan Markle, al altar el pasado junio tras la escandalosa ausencia del padre de la novia, Thomas Markle. «Le pregunté y creo que lo venía venir, e inmediatamente dijo que sí, por supuesto. Haré cualquier cosa que Meghan necesite y yo estaré allí para apoyarte». Harry también cuenta lo desconcertada que quedó Meghan con la insistencia del Príncipe Carlos de apagar siempre las luces.
El Duque de Cambridge destacó de él su faceta como abuelo y declaró que le gustaría que su padre pasara más tiempo con sus tres hijos –los Príncipes Jorge, Carlota y Luis– y agregó que poder tenerlo más tiempo en su casa sería «maravilloso».
Carlos, un apasionado de las artes, el teatro, la literatura y gran fan de Leonard Cohen, lleva toda una vida esperando a reinar y por mucho que anticipe que no será «un rey entrometido» no le será tan fácil desligarse de la imagen que ha proyectado hasta ahora en sus 66 años como heredero.
2018
«Necesita frenar, cena ridículamente tarde y después regresa a su despacho y se queda dormido sobre los papeles»